La ONU endurece las sanciones contra Irán para que frene su programa nuclear
El organismo le da un plazo de 60 días a Teherán para acatar la nueva resolución
Naciones Unidas incrementa la presión sobre Irán. El Consejo de Seguridad adoptó ayer por unanimidad la resolución 1.747, que amplía las sanciones a más personas y entidades vinculadas al plan nuclear iraní. El objetivo es conseguir que Teherán suspenda su controvertido plan atómico y se siente a negociar, para lo que le da un plazo de 60 días, bajo la amenaza de reforzar la reprimenda si se mantiene desafiante. Irán se niega a renunciar a dotarse de esta tecnología e insiste en que su programa es pacífico.
La nueva resolución, la tercera que se adopta en el contencioso iraní, se basa en el artículo 41 de la Carta de las Naciones Unidas, que limita la reprimenda al ámbito económico y diplomático, y excluye la acción militar. Su estructura es muy similar al texto adoptado el 23 de diciembre, la resolución 1.737, por la que se aprobó sanciones para 10 empresas y 12 individuos, todos iraníes, vinculados al programa atómico. Ahora, tras tres resoluciones, la lista de sancionados es de 28, entre personas y compañías. Un tercio de los individuos sancionados son miembros de la Guardia Revolucionaria, el cuerpo de élite militar iraní.
La nueva resolución prohíbe la exportación de armas y el comercio con Irán de material nuclear y misiles. También congela los depósitos de las personas u organizaciones relacionadas con el programa nuclear. De igual manera, se imponen restricciones para viajar a los individuos sometidos a sanciones.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, expresó al inicio de la negociación de la resolución su deseo de viajar a Nueva York para defender ante los 15 miembros del Consejo de Seguridad su plan atómico y presentar nuevas propuestas para superar la crisis. Pero optó por cancelar el viaje y en su lugar envió al ministro de Exteriores, Manuchehr Mottaki, alegando que las autoridades estadounidenses no concedieron el visado a todos los miembros de su delegación. Las solicitudes se cursaron en la Embajada iraní en Suiza.
Ahmadineyad tenía el visado listo ya desde la mañana del viernes, según explicó el presidente de turno del Consejo de Seguridad, el embajador surafricano Dumisani Kumalo. Pero algunas solicitudes se rellenaron con errores, lo que retrasó el proceso, matizó Kumalo. El Departamento de Estado explicó que había expedido 75 visados. Teherán, sin embargo, acusó a EE UU de "obstrucción" en la tramitación, para impedir que el presidente hablara ante la ONU.
Rusia y China intentaron aplazar el voto. Pero Estados Unidos, Reino Unido y Francia no quisieron esperar más. El voto se produjo ayer a primera hora de la tarde. "El presidente Ahmadineyad tenía tiempo para venir y visitar de paso el museo del holocausto en Nueva York", espetó el representante estadounidense, Alejandro Wolff. El Consejo de Seguridad acusa a Irán de ignorar sus decisiones y de desafiarle acelerando las actividades de enriquecimiento, por el que le exige que proceda sin dilación a la suspensión y a que demuestre los fines pacíficos de su programa.
La acción de la ONU es "proporcional y gradual", como explicó el embajador británico, Emyr Jones-Parry, y pretende que Irán suspenda las actividades de enriquecimiento de uranio. Las potencias occidentales temen que Teherán busque dotarse del arma atómica. Para ello, se le impone una serie de restricciones en la venta de armas, así como de tipo financiero, comerciales y de viajes, que se aplicarán a entidades e individuos que estén vinculados con el plan nuclear. El texto recoge también una serie de enmiendas presentadas esta semana por Suráfrica, Qatar e Indonesia, para reforzar la autoridad del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en la verificación del respeto de las disposiciones del Tratado de No Proliferación (TNP).
La resolución otorga 60 días a Irán para que acate su decisión y señala que si obedece, se suspenderá la reprimenda. El embajador Wolff declaró: "Sí Irán suspende sus actividades de enriquecimiento de manera verificable, suspenderemos las sanciones". Y recuerda la propuesta de incentivos que está sobre la mesa desde junio. "Es una respuesta apropiada a su incumplimiento, pero a la vez dejamos claro que la puerta de la negociación sigue abierta para encontrar una solución diplomática", precisó el británico Jones Parry.
Su homólogo francés, Jean-Marc de la Sabliere, espera que "Irán reflexione y adopte la decisión correcta". "Pero si no suspende las actividades de enriquecimiento, entonces habrá otra resolución ampliando las sanciones", advirtió. El Ejecutivo iraní respondió reiterando que su país no se plegará ni renunciará al uso de la energía nuclear con fines civiles, un derecho que le reconoce el TNP.
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