El boicot del PP a PRISA

Llevo comprando todas las mañanas desde que era un crío, tanto en España como en el extranjero (y sabe Dios lo que cuesta encontrarlo en algunos países), llueva, nieve o truene, su diario, que por esta razón me voy a permitir llamar "nuestro". Le dirijo la presente para solidarizarme con ustedes ante el boicot con el que les amenaza el Partido Popular, y para hacerle saber que confío plenamente en que nuestro periódico no cederá ante el chantaje de este partido ni ante el de ningún otro, como tampoco lo hizo cuando en vez de amenazas verbales recibía paquetes bomba. No quiero ni pensar en el respeto que mostrará el Partido Popular por la libertad de expresión cuando esté en el poder, si éste es el que muestra cuando está en la oposición, de modo que me parece muy importante no ceder ni un ápice ante su actual campaña de acoso y derribo a todos los bastiones de la democracia en nuestro país, desde el Gobierno hasta las Cortes pasando por el Poder Judicial.

Parece ser que ahora le toca a la prensa, y han empezado por ustedes, es decir, por nosotros. Pues bien: comparto plenamente las opiniones que el señor Polanco expresó durante la junta de accionistas, conozco a mucha gente que es de la misma opinión y no me parece que dichas opiniones correspondan en absoluto a la descripción que de ellas ha hecho el señor Rajoy. Si se dejaran ustedes amordazar por estos señores, sentiría amenazado mi propio derecho a la libertad de expresión. Confío en que no me defrauden ustedes privándome de ese derecho, como hasta la fecha jamás me han defraudado, y que continúen desempeñando su labor crítica en la habitual forma ecuánime, valiente y respetuosa.

Finalmente, me gustaría recordarle que, gracias a que nunca se ha dejado intimidar por este tipo de coacciones, EL PAÍS ha sobrevivido a todas las denominaciones anteriores del Partido Popular, a saber, Alianza Popular, Coalición Democrática y Coalición Popular, por no remontarme más en el pasado, y estoy seguro de que sobrevivirá también a la actual para poder anunciar la enésima refundación de este partido, quién sabe si finalmente convertido en el partido democrático, moderno y laico en que a todos nos gustaría que se transformase.- Tomás Guarinos Viñals. Alicante.

Apoyo total a las declaraciones de Jesús de Polanco. Me parece insólito que un partido como el PP haga esas declaraciones en apoyo de boicot contra un grupo de comunicación. Este comunicado viene a confirmar las declaraciones del señor Polanco sobre el miedo que da esta derecha.- Javier García Pérez. Madrid.

Los dirigentes del Partido Popular han demostrado una vez más el profundo desprecio que sienten por las ideas que no son suyas. En efecto, el hecho de renunciar a las entrevistas de un grupo informativo como PRISA y aceptar las de los grupos informativos cercanos o directamente controlados por las instituciones autonómicas gobernadas por ellos es, a mi entender, una grave afrenta al principal denominador de la democracia: la libertad de expresión.

La poca vergüenza con la que los prohombres de la derecha han manipulado la información a lo largo de los últimos años me hace dudar de su verdadera vocación democrática y también de los deseos reales que tienen en que los españoles sean libres, incluso para elegir su información.

He aquí algunas de las mentiras infumables que han difundido y extendido gracias a la afinidad de diversos medios: ETA tiene algo que ver con el 11-M; hay armas de destrucción masiva en Irak; no utilizaremos el terrorismo como argumento político.

Sé pertinentemente bien, señores del PP, que ustedes gritan más que yo, pero no por más gritar se tiene más razón. Aunque sé que ustedes y sus acólitos piensan que sí, y que la victoria se debe obtener a cualquier precio, se equivocan. Espero, por su bien, que los españoles les castiguen por lo que han tenido la osadía de hacer, porque si no va a resultarles extremadamente difícil adaptarse a la política del siglo XXI.

Señores del PP, 2007 no es 1934, no actúen como si lo fuera, porque lo único que van a conseguir es cubrirse de esa vergüenza de la que de momento tan poca gala hacen.