Blackstone desvela sus secretos
El fondo de inversiones de EE UU pide permiso para salir a Bolsa
Blackstone, el lucrativo fondo de inversiones neoyorquino, acaba de desvelar a la autoridad reguladora estadounidense sus secretos más íntimos para poder salir a Bolsa. Los números son espectaculares, como lo logrado por su fundador, Stephen Schwarzman, que junto a Peter Peterson creó la firma en 1985 con apenas cuatro empleados y 400.000 dólares (300.000 euros) en cartera para invertir. El pasado año, dos décadas después, hacía compras por valor de 50.000 millones de dólares (38.000 millones de euros).
La firma gestiona 78.700 millones de dólares en activos, pero las 321 transacciones que ha realizado hasta la fecha en el sector corporativo e inmobiliario, incluyendo la deuda, se valoran en 293.000 millones. Dicho con otros números también reveladores: las compañías en las que tiene inversiones el fondo emplean a 375.000 personas y generan unas ventas anuales de 83.000 millones. El pasado ejercicio ganó 2.270 millones, un 71% más que en 2005, según la documentación entregada al órgano regulador de EE UU, la Security and Exchange Commission (SEC).
El fondo es tan rentable que se calcula que sus 770 empleados generan nueve veces más ingresos que los de Goldman Sachs, el banco de inversiones más poderoso de Wall Street. Puesto en cifras, cada empleado de Blackstone produjo unas ganancias de 2,95 millones de dólares en 2006, frente a los 360.000 dólares de media de los de su rival, que por cierto son los broker mejor pagados en el distrito financiero en el bajo Manhattan.
El grueso de los retornos proviene del negocio de capital riesgo, con unas ganancias de 1.010 millones, seguido por las inversiones inmobiliarias (902 millones), banca de inversión (194 millones) y otros activos (192 millones). Esta diversificación de su cartera de inversiones es la que le ha permitido reducir más los riesgos y parecerse más a grandes bancos de inversión como Goldman Sachs, Bear Stearns o Merrill Lynch, aunque sus principales competidoras son más bien Kohlberg Kravis Roberts y Texas Pacific.
La firma espera recaudar en torno a 4.000 millones de dólares poniendo a la venta una participación minoritaria de su capital, de en torno al 15%, para dotarse fácilmente de liquidez y ampliar su negocio. Pero su debut en Wall Street será un poco especial, por la forma en la que se hará, porque los inversores tendrán menos derechos sobre las decisiones de la firma que en una OPV normal, aunque la operación aportará mayor visibilidad sobre sus actividades.
Entre lo que se conocerá está, por ejemplo, la participación de Schwarzman, de 60 años, del que se piensa que controla el 40% de los activos de la gestora. Su sueldo aparece en blanco en la documentación remitida a la SEC, pero en medios financieros se calcula que asciende a 500 millones anuales (376 millones de euros). Su fortuna personal se estima en 10.000 millones (7.500, en euros), cantidad que podría duplicar tras la salida a Bolsa. Eso sí, se especifica que en 2006 gastó 1,5 millones en el avión privado de la firma.
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