Agitación electoral en el balcón
Candidatos y cargos públicos acuden a la ' mascletà' y a las Fallas en el arranque de la precampaña de los comicios de mayo
La precampaña electoral huele a pólvora. La mascletà diaria en la plaza del Ayuntamiento de Valencia se ha convertido en la coartada ideal de políticos de todos los partidos para saludar sin grandes riesgos al votante potencial en el escaparate audiovisual en que se convierte el balcón principal del Consistorio. Un gran plató en el que ser abordado por televisiones, radios y prensa escrita los minutos justos para decir que el pirotécnico ha ofrecido un espectáculo impresionante y que las Fallas son magníficas. No suele haber tiempo para polémicas. En el balcón apenas hay sitio para moverse.
Esa es la tónica general de las declaraciones, aunque ayer, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, se apartó de ese guión no escrito y en dos frases colocó el mensaje popular al asegurar que la mascletà es reflejo del "espíritu" de Valencia y la Comunidad Valenciana, "cada día mejor y cada día con más confianza". Mejor con el Partido Popular, quedó por decir y colgado en medio de la humareda de la traca de la pirotecnia Caballer.
El PP critica la presencia de ministros del Gobierno de Zapatero en las fiestas
Camps acudió ayer por segunda vez estas Fallas al balcón y coincidió con el ministro de Industria, Joan Clos, que logró situarse por delante de él en primera fila junto a la alcaldesa, Rita Barberá. No como el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, que quedó colocado detrás de la periodista Ana Rosa Quintana. No obstante, a ninguno de los ministros pareció importarle estar o no en la pole position del balcón. Llegaron sonrientes y aseguraron estar encantados con el estruendo de la pólvora. Como también lo estaban ayer el secretario general de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, la candidata a la alcaldía, Carmen Alborch, el delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, o el líder de los populares catalanes, Josep Piqué.
La confrontación electoral se respira más allá de la presencia de candidatos y cargos institucionales. Se lleva pegada al cuerpo. Primero fueron los pañuelos falleros con el lema Rita, alcaldesa, que motivaron una denuncia socialista contra Canal 9 por permitir que un periodista lo luciera en la retransmisión de la mascletà -la televisión autonómico lo negó-. Luego comenzaron a verse los pins de la geganta que pasea la imagen de Alborch por la plaza y divierte al público al son de dolçaines y tabalets, seguidos de los pins de una Barberá dibujada entre falleras. Y al final las camisetas, la de apoyo a la candidata socialista diseñada por Mariscal.
La prueba evidente de que el balcón principal del Consistorio y las Fallas son terreno electoral fue la nota emitida por el vicesecretario regional del PP, Ricardo Costa, molesto con la presencia de ministros del Gobierno de Zapatero en Valencia. Además de Clos, ayer visitó fallas la responsable de Vivienda, María Antonia Trujillo -ambos acudieron a la falla de Nou Campanar, presidida por el constructor Juan Armiñana-, y hace unos días acudió al balcón el de Defensa, José Antonio Alonso, y estuvo en Valencia el de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Según Costa, el presidente del Ejecutivo "envía a sus ministros como ojeadores" porque, en su opinión, "sabe que los valencianos no le quieren ni ver después de poner en marcha la gestión más perjudicial para la Comunidad". Paradójico si se recuerda que al inicio del ciclo de mascletades el PP consideró un desaire que el presidente no tuviera previsto venir.
La agitación electoral en el balcón no despierta demasiado interés entre el público, al que divierte más saludar a futbolistas o artistas, a los que Barberá agarra del brazo para que se asomen y sean vistos.
La plaza, de nuevo, estaba a las dos a reventar. La Cruz Roja atendió a 85 personas por lipotimias y crisis de ansiedad. Una persona fue evacuada por daños en un ojo. La ofrenda a la Virgen de los Desamparados vivió su segunda jornada al ritmo de las bandas de música y el ruido de los petardos. La Policía Nacional continuó sin novedad la investigación sobre la explosión de la furgoneta con material pirotécnico en la calle de Azcárraga, según el delegado del Gobierno, mientras que la Policía Local decomisó 100 kilos de petardos en unos recreativos de la calle de Hugo de Moncada, que sólo tenían licencia para 25 kilos. El mismo local ya acumuló sin permiso 150 kilos el año pasado. Hasta el día 16, la policía había requisado 836 kilos, 600 de ellos en una calle paralela a Azcárraga.
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