La oficina está en casa
Una de las utopías blandas que prometen las nuevas tecnologías aplicadas al mercado de trabajo es precisamente la posibilidad de trabajar desde casa, producir sin salir del hogar. Los funcionarios están a punto de cumplir parcialmente ese objetivo. Un decreto del Ministerio de Administraciones Públicas, en periodo de consulta en el Consejo Económico y Social, regula el teletrabajo de los funcionarios con limitaciones tales como que el trabajo desde casa no podrá superar el 40% de la jornada semanal o que a su disfrute no podrán sumarse los funcionarios del Ejército, Fuerzas de Seguridad del Estado o Justicia. Por supuesto, los funcionarios que atienden las ventanillas no podrán hacerlo desde casa
Mencionar el trabajo de los funcionarios equivale a incurrir fácilmente en el tópico jocoso. Sin embargo, el recorte de horas trabajadas en los despachos oficiales responde a una lógica aplastante. Los interlocutores de la Administración, los ciudadanos, ya no perciben la ventanilla como el recurso más seguro para relacionarse con los gestores públicos; utilizan vías más seguras o menos estresantes, como el teléfono o Internet; servicios que la burocracia ha desarrollado intensamente en los últimos años para descongestionar las ventanillas y desactivar las filas de los centros oficiales.
El teletrabajo acrecienta la responsabilidad de quien lo practica -obliga a proponerse y conseguir objetivos previamente acordados-, permite trabajar en condiciones de mayor comodidad y, por tanto, aumentará probablemente la calidad de los servicios públicos. Quizá permita también calcular mejor la productividad de los empleados públicos. Hasta comprobar en la práctica las contraindicaciones, el trabajo en casa es un proyecto que conviene cultivar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Economía inclusiva o desigualdades
¿Es Trump el problema? El comercio interior europeo se contrae mientras crece fuera de la UE
Los trabajadores mayores de 55 años se quedan atrás en la mejora del mercado laboral
Lo mejor de ‘Hoy en EL PAÍS’ | Tutelas sin juez: la ley que deja a las familias indefensas
Lo más visto
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- El giro del PP con Vox: de prometer no gobernar con la extrema derecha a normalizarlo tras el resultado en Extremadura




























































