Del sin canon al ultra canon
Gestoras de derechos y fabricantes radicalizan sus posiciones - En 15 días finaliza el plazo para que Cultura e Industria fijen las tarifas definitivas
La tarifa del canon para CD y DVD vírgenes fue la principal causa de ruptura de las negociaciones entre fabricantes y gestoras de derechos de autor, a los que la Ley de Propiedad Intelectual (LPI) considera deudores y acreedores de la compensación por copia privada, respectivamente.
Las sociedades de gestión querían mantener la tarifa actual para ambos soportes de almacenamiento. Es decir, 0,16 euros para los CD (una hora de grabación o 525 MB) y 0,30 para los DVD (una hora de grabación o 2,3 GB), importe "inadmisible" para los fabricantes.
"No puede ser que el canon suponga el 60% del precio del producto", dice José Pérez, director de Asimelec.
Tampoco hubo acercamiento sobre teléfonos móviles multimedia, tarjetas de memoria, agendas electrónicas... Sólo hubo una "cierta aproximación" para los reproductores MP3, según Pérez. Por ejemplo, por un iPod de 2 GB "pedíamos dos euros y, por aquellos vendidos en el pasado, cerraríamos el caso con 0,60 euros por unidad vendida", dice Pedro Farré, director de relaciones institucionales de la SGAE.
La LPI establece que cualquier equipo, aparato y soporte "idóneo" para reproducir contenidos protegidos puede estar sujeto al canon. Para fijar su cuantía hay que valorar el "perjuicio causado", su "grado de uso" para reproducir obras y su "capacidad de almacenamiento".
Asimelec ha publicado una encuesta según la cual el 20,8% de los CD vírgenes en España se destinan a copiar música protegida y el 26,5% de DVD, para guardar películas. El estudio también analiza el uso de otros productos tecnológicos de gran consumo.
Los fabricantes consideran que las peticiones de las gestoras de derechos son "irracionales" y van "más allá de lo que fija la ley", dice Jesús Banegas, presidente de Aetic. La asociación está dispuesta "a pagar por la copia privada, pero no por la piratería, como pretenden las entidades". También teme "la imposición de un ultra canon que suponga el encarecimiento en un 25% de los dispositivos electrónicos, disparándose el precio hasta en un 85%, en algunos casos".
Farré niega "rotundamente la falsedad" de las cifras: "nuestras tarifas se alejan mucho de lo que dicen".
Sea como sea, el desenlace está al caer. Antes de fin de mes se publicará la orden ministerial conjunta de Cultura e Industria con la lista de productos y las tarifas del canon.
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