Relaciones sospechosas
Casinos de Cataluña siempre mantuvo unos lazos tan turbios como estrechos con el partido gobernante en Cataluña durante los años en los que Jordi Pujol presidió la Generalitat. El director financiero de la sociedad, Jaime Sentís, denunció en enero de 1990 que la sociedad desvió más 3.000 millones de pesetas de la época (unos 18 millones de euros) y que un tercio de ellos fueron para financiar a Convergència.
Después de siete años de investigación el magistrado Ramon Gomis, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Barcelona, archivó el asunto al no apreciar delito aunque admititó que el partido nacionalista se había financiado con dinero procedente del juego. Durante esa investigación judicial incluso se llegó a registrar de madrugada la sede del diario Avui en busca de lo que el juez instructor definió en su día como "facturas mendaces". Sentís relataba en su denuncia que las facturas falsas giradas por Casinos se justificaron por supuestas inserciones publicitarias en diversos medios de comunicación que en realidad nunca llegaron a producirse.
La Audiencia de Barcelona no pudo revisar nunca el archivo de la causa porque al fiscal se le pasó el plazo para recurrir, en una decisión que irritó al fiscal jefe de Cataluña de entonces, Carlos Jiménez Villarejo. El error de la fiscalía se produjo al tomar como referencia el plazo de cinco días que, según el juez, contaba para recurrir su decisión, cuando en realidad eran tres.
Las críticas y denuncias que los diputados de ICV realizaron contra Casinos de Cataluña y sus lazos con el Gobierno de la Generalitat cuando estaban en la oposición son ahora comprensiones. "La licencia no está caducada mientras no resuelva el consistorio", insiste Mercè Claramunt, la directora general del Juego y Espectáculos.
