Debod afronta vientos y humedades
La arenisca salmantina del zócalo del templo sufre más que la piedra egipcia primigenia
Entre el viento del Norte que baja de la sierra madrileña y la hiriente arena del desierto egipcio, el bimilenario templo de Debod ha sufrido proporcionalmente mucho más en sus casi cuarenta años de estancia junto al parque del Oeste que durante más de dos mil años en Nubia, sobre el valle del Nilo. Pero su estado actual no es alarmante, dice su conservador, Alfonso Martín Flores. Y eso pese a que en las aguas del río bíblico permaneció sumergido nueve meses de cada uno de los años que precedieron a su regalo egipcio a España y su traslado piedra a piedra a Madrid en 1968 y su instalación, hasta 1972, con anclajes y revestimientos en piedra arenisca salmantina.
El Ayuntamiento de Madrid, a través de la Concejalía de las Artes, sometió el templo hace dos años a un chequeo minucioso realizado por el químico José María Cabrera, experto en petrología. Los análisis muestran hoy que la piedra arenisca de Salamanca que sirvió de zócalo para anclar el templo nubio a la explanada madrileña sobre la que fue reedificado a su llegada, está más deteriorada que la orginaria piedra de Egipto.
Por su emplazamiento, el templo de Debod se halla expuesto a los vientos que soplan del Norte y de Poniente, los más peligrosos para sus relieves, aunque los jeroglíficos, coptos y árabes que lo decoran se hallan en su interior, hasta donde sí llegan procesos de capilarización mediante los cuales, la humedad, el principal enemigo de los monumentos pétreos, hace acto de presencia por la menor insolación de ambas fachadas.
Debod es uno de los cuatro templos egipcios que salieron del área de la presa de Asuán para evitar su anegamiento completo por las aguas represadas de la gigantesca central hidroeléctrica, entonces en construcción. Los templos semejantes al de Debod exportados al extranjero desde la Nubia egipcia se encuentran hoy en Nueva York, Turín y Leyden, en los Países Bajos, donde la meteorología allí reinante aconsejó, desde su llegada, cubrirlos. En Madrid, hasta el momento, Debod -el templo más grande e importante de los cuatro, por documentar la estructura de los recintos sagrados ptolemaicos, más la secuencia de culturas coptas y árabes, según los expertos- ha permanecido a la intemperie; pero la erosión no respeta su dignidad bimilenaria y, cada cierto tiempo, como ahora, resurgen temores acompañados por conjeturas sobre su cerramiento, a base de burbujas, cápsulas traslú-cidas, estructuras cristalinas y otras hipótesis.
Por su singularidad, el año pasado 150.000 personas visitaron el templo y prosigue la tendencia ascendente, señala su conservador Alfonso Martín Flores. "La situación del templo no es en ningún caso alarmante", explica el conservador. "Creo que tiene la salud propia de una construcción monumental bimilenaria y necesita que permanezcamos muy atentos a su estado". Este monumento, de 250 metros cuadrados de superficie interior propiamente templaria, fue edificado por el rey Adijalamani de Meroe, en 180 antes de Cristo.Consta dos grandes pilonos -uno del reinado de Ptolomeo VI- que son estructuras pétreas que señalan su acceso, más dos plantas, dos capillas internas y otra solar en el ático, con un rarísimo doble culto al dios Amón y a la diosa Isis. Posee una Mammissi para ceremonias de festejo del nacimiento del hijo de Dios. Ello ha convertido Debod en joya muy preciada por los egiptólogos.
Martín Flores destaca que, en ocasiones anteriores, las demandas sobre el cerramiento del templo, surgidas de congresos de egiptología, "nunca llegaron a concretarse en propuestas definidas".
Ayuntamiento: "Nadie nos ha pedido nuestros análisis"
El Ayuntamiento de Madrid es la institución usufructuaria del templo de Debod, a quien concierne su mantenimiento y conservación y el día a día de este monumento arqueológico de valor único. A través de la Dirección General de Patrimonio de la Concejalía de las Artes, el Consistorio resalta que no ha recibido comunicación alguna ni de la UNESCO ni de organizaciones afines o filiales que recomienden la cobertura del templo de Debod.Juan José Echevarría, titular de la dirección general concernida, subraya que su departamento realiza un seguimiento analítico sistemático de Debod y que los estudios sobre su petrología y su higrometría son los más elaborados de cuantos existen, "pero ninguna institución internacional como UNESCO nos los ha solicitado", dice Echevarría.Por otra parte, no descarta que de adoptarse una decisión política al respecto, el Ayuntamiento sea el primero en avenirse a aplicarla.
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