Tristeza democrática
Hasta la saciedad se ha venido afirmando en los últimos días que la crispación está presidiendo la vida nacional. Ello es cierto, pero viene en realidad teniendo lugar desde el 14 de marzo de hace tres años en que se produjo la victoria socialista en las elecciones generales y que todavía los populares no han digerido.
Pero el pueblo, cuando ve el peligro que supone la ascensión de posturas extremistas, como las adoptadas por los dirigentes de la derecha, no se queda en su casa como si no fuera con él la cita ante las urnas. Baja a la calle, que también es suya, acude a votar y pasa factura. A Rodríguez Zapatero, de continuar así las cosas, le bastará con seguir una línea moderada, al tiempo de explicar con claridad su acción de gobierno, los logros sociales conseguidos, importantes en una sola legislatura, así como la política antiterrorista sin entrar al trapo que esgrimen los mosqueteros populares, para salir airoso cuando decida convocarnos.
El ejemplo de la mayor crispación ha tenido lugar con la manifestación reciente, presidida por la falsedad, la hipocresía y la mentira. Andalucía, fuertemente castigada por el terrorismo etarra, ha estado en alto número representada, partiendo hacia la capital del Reino, dícese, 250 autobuses. Resulta penoso comprobar cómo esos mosqueteros que han sido ministros de Interior, de Justicia, vicepresidente y presidente del Gobierno, manipulan a los suyos y a las víctimas del terrorismo, sean o no andaluzas, negando acercamientos de reclusos terroristas, ascensiones de grado o redenciones de penas de dudosa estimación, entre otros a De Juana Chaos, cuando ellos gobernaron.
Se llega a acusar de cobardía por Mayor Oreja al director de la prisión donde De Juana Chaos pidió langostinos y champán francés para celebrar el asesinato de Tomás Caballero, siendo su pasividad, afirma, lo que motivó el que no pudiera ser sancionado, cuando es la verdad que el director lo puso en conocimiento de su director general, que de Mayor dependía. Se afirma por Rajoy que el presidente del Gobierno de España se ha entregado a ETA, siendo incomprensible cómo entonces tiene lugar el atentado de Barajas.
También Rajoy defiende que se ha entregado Navarra, cuando es lo cierto que sigue en su sitio, con el Osasuna incluido. Según Acebes, el presidente se aleja cada vez más de las víctimas del terrorismo y más se acerca a los terroristas. Aznar insiste en esa línea, mientras que, quien fuera su portavoz, hoy próspero hombre de negocios, nos dice que Felipe González es el responsable de los GAL -el Tribunal Supremo, claro es, en la inopia- y del atentado que sufrió Aznar y se queda tan fresco. Muchos de los simpatizantes, energúmenos sin duda, berrean diciendo que Zapatero se vaya al hoyo con su abuelo, es decir, vilmente fusilado como él. Se llama traidor al presidente de España, pero nada de esto es oído por Acebes, quien ha de acudir pronto a un otorrino, deseando uno lo mejor para su salud. Ni una palabra de recuerdo tuvieron para las víctimas del 11-M.
Están empozoñando todo, clavando sus garras en instituciones fundamentales para la buena marcha de la democracia, como está sucediendo en el Tribunal Constitucional (TC) y en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), politizado como no se recuerda y convertido en una tercera Cámara parlamentaria, lo que nunca debe ser. Deslegitiman al juez y la fiscal que de forma ejemplar han llevado el asunto de la masacre del día citado, ignorando de otro lado la sentencia del Supremo en el caso De Juana Chaos y la resolución del juez de vigilancia... ¡Vaya defensores de la independencia judicial!
A Santiago Carrillo, la actual derecha le recuerda a la de 1936. En ciertas actitudes y forma de expresarse la recuerda sin duda y razón tiene el viejo maestro. La diferencia está, a mi juicio, en que en aquel entonces, hoy no, contaba la derecha con militares golpistas que conspirando venían desde 1931 contra la República, desatando una terrible guerra civil, haciendo sufrir a España -que también es mía y de usted, querido lector- la más cruel dictadura padecida en esta piel de toro.
La izquierda española es hija de la de los años treinta, pero ha evolucionado y la mayor parte de ella defiende hoy los valores y principios de la socialdemocracia europea. La derecha, por el contrario, poco ha evolucionado. La europea, cuando llegó el momento y en unión de la izquierda, cogió el fusil para combatir al fascismo. En España también cogió el fusil, pero para apoyarlo. Ese es su mal de origen. Tal vez por eso no quiere condenar a Franco. Otros dirigentes lo harán y volverán un día a gobernar. Hoy no lo merecen.
Hace un llamamiento Rajoy a los buenos españoles, sensatos y patriotas. Soy español y no creo ser insensato, siendo desde luego mejor patriota que quienes vociferan, insultan y llevan consigo el rencor y el odio. Dentro de la tristeza que en estos momentos siento, pido a esos dirigentes: que se olviden de mí. Yo haré lo propio.
Recuerdo desde aquí a todas las víctimas del terrorismo, sin excepción, escribiendo estas líneas el 11-M. Día triste, como el de hace tres años, pero creyendo en la convivencia serena de todos los españoles.
Juan José Martínez Zato fue vocal del Consejo General del Poder Judicial y teniente fiscal del Tribunal Supremo.
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