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Reportaje:

Los acampados de Serantes

Una docena de vecinos vive a la intemperie para exigir al Ayuntamiento de Ferrol solución a las riadas que asolan sus casas

Una docena de vecinos de Serantes acampa a la intemperie desde hace semanas para exigir que el Ayuntamiento de Ferrol solucione el problema del río Os Corrais. Cada vez que este arroyo se desborda arrasa las siete viviendas que encuentra en su camino hacia el mar.

El gobierno local de Ferrol y la Autoridad Portuaria se culpan mutuamente de la situación y retrasan una solución que pasa, según los vecinos, por abrir un canal de agua hasta la ensenada de la Malata. Una tubería subterránea colocada hace décadas para canalizar el caudal del río en su último tramo está en el origen del problema.

Se han convertido en los perpetuos vigías del caudal de río Corrais, en la parroquia ferrolana de Serantes. Dicen que un día de lluvia intensa bastaría para desbordarlo de nuevo y exigen al Ayuntamiento ferrolano que intervenga de inmediato para solucionar un problema que arrastran desde hace años.

Durante la crecida, sus viviendas sufrieron muchos desperfectos y perdieron los muebles
Todos los organismos afectados "echan balones fuera" y se desentienden del tema

Hace tres semanas, un grupo de veinte vecinos del lugar de Vilasanche, afectados por las continuas riadas, decidieron hacer su protesta más visible y desde entonces permanecen acampados día y noche bajo una improvisada tienda de campaña al borde de la carretera.

Su calendario empieza el 14 de febrero, y desde entonces han ido tachando cada uno de los días que han pasado en la calle exigiendo una solución. En poco más de diez metros cuadrados, cocinan, comen y pasan prácticamente todo el día aunque se van turnando para dormir y la mayoría regresa por la noche a sus viviendas para descansar.

"De poco nos vale estar en casa", explica una de las vecinas acampadas, "no tenemos casi muebles, sólo se salvaron los que quedaron en las zonas más altas y no podemos comprarlos nuevos hasta que no sepamos que va a pasar con todo esto". Juan Carlos Freire, portavoz de los afectados, cuenta que uno tras otro todos los organismos con competencias sobre estos terrenos: el Ayuntamiento de Ferrol, la Autoridad portuaria, la demarcación de Costas y Aguas de Galicia, se han desentendido de la situación "echando balones fuera" para lanzarlos al tejado contrario.

El pasado mes de noviembre, durante las riadas que asolaron Galicia, los vecinos de esta parroquia ferrolana vieron cómo sus casas se anegaban en cuestión de horas. Durante la crecida, sus viviendas sufrieron cuantiosos desperfectos materiales, perdieron todos los muebles y durante algunas horas permanecieron incomunicados por la tromba de agua.

Entonces el municipio ferrolano, que gobierna el PP en coalición con el grupo Independientes por Ferrol, envió equipos de limpieza para limpiar la calzada y recoger todo el mobiliario inservible. Además, les entregaron a los vecinos cuatro deshumidificadores para eliminar la humedad de unas viviendas donde el agua corrió por suelos y paredes a más de un metro y medio de altura.

"Quisieron tapar el desastre y se lo llevaron todo en un camión. El alcalde nunca más volvió por aquí", manifestó uno de los afectados. Con retranca comenta que han puesto los deshumidificadores junto al río para ver si hacen el milagro "y chupan el agua".

En su último tramo, el arroyo corre parejo a las viviendas durante unos metros y entra en una canalización instalada hace más de 40 años que desemboca en el mar. A este riachuelo van a parar también los desagües de la escuela náutico pesquera de Serantes, donde según Juan Carlos Freire, a menudo se hacen pruebas con combustibles y otras sustancias.

Freire cree que el conducto está obstruido por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento y que el río se desborda inevitablemente al no encontrar otra salida.La canalización atraviesa unos terrenos ganados al mar construidos sobre un relleno que son propiedad de la Autoridad Portuaria de Ferrol, pero que se encuentran cedidos en régimen de concesión al municipio ferrolano. Durante días, los responsables del gobierno local y el presidente del ente portuario inspeccionaron el lugar y protagonizaron un intenso cruce de acusaciones donde se culpaban mutuamente de la situación. Una reunión celebrada el pasado lunes en el Ayuntamiento ferrolano a la que no fueron invitados los vecinos afectados puso fin a las disputas a la espera de que se dirima qué organismo tiene la responsabilidad legal.

El alcalde de Ferrol, Juan Juncal, anunciaba que el municipio se haría cargo del problema pero "de forma subsidiaria", es decir, cobrando posteriormente la factura de la actuación a la administración que finalmente sea declarada responsable. Los vecinos recuerdan que hace ocho años el río se desbordó "con crecidas de dos metros, y entonces el ayuntamiento se hizo cargo de todo y pagó las facturas". Desconfían de las buenas intenciones del alcalde porque "es un terco que no tiene ni un papel" que enseñarles. "Nos pidió tiempo, le dimos un plazo y luego se negó a recibirnos", asegura Freire.

"Estamos enfermos y acatarrados de estar aquí", dice otra de las afectadas. "Un técnico nos dijo que técnicamente la solución es viable pero que políticamente no lo sabía. Nos prometieron que habían contratado a una empresa y del miércoles mandaron a dos obreros que venían a desatascar una tubería".

Denuncian que no han recibido ni un solo euro de ayudas públicas para paliar las pérdidas económicas, exigen todos los compromisos por escrito y advierten que emprenderán acciones legales. Aseguran que tienen la moral "más alta todavía por el apoyo del resto de ciudadanos" y no sólo no han abandonado la protesta sino que amenazan con asaltar hoy el Ayuntamiento ferrolano para trasladar allí su particular acampada reivindicativa.

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