Un sociólogo francés aboga por atender más las demandas juveniles para evitar disturbios

El sociólogo y politólogo francés Tariq Ragi subrayó ayer en San Sebastián la necesidad de "reforzar" los sistemas de participación juvenil en la vida pública, a fin de evitar disturbios como los que se vivieron en su país a finales de 2005. Ragi, presidente del Observatorio Social y Cultural e investigador en el Laboratorio de Investigación Sociológica de la Sorbona, intervino en el primer Congreso sobre infancia, adolescencia y juventud organizado por la Diputación de Guipúzcoa. La cita reúne entre ayer y hoy a más de 350 profesionales que debaten sobre las respuestas que deben dar las administraciones públicas para que los jóvenes puedan ejercer sus derechos.

El experto desgranó las bondades de los consejos municipales de los jóvenes y niños, que nacieron en Francia en 1944 y que, tras cierta decadencia en los años sesenta y setenta, vuelven a vivir ahora una época de apogeo. "Es un sistema que funciona tan bien, que se ha exportado a otros países", explicó.

Los consejos no obedecen a un modelo "rígido", cada localidad puede adaptarlo a su entorno. Lo único que tienen en común es que los jóvenes analizan los temas que les interesan, que son "los que inquietan a cualquier joven en Europa", como el empleo, la vivienda, el medio ambiente, la educación y lucha contra el racismo, y deciden qué proyectos proponer a los políticos. Han de presentar ideas "bien construidas" que convenzan a los cargos electos, quienes aceptan un porcentaje "elevado" de esas propuestas, apuntó Ragi.

Ahora bien, el sociólogo reconoció que los jóvenes y los políticos "no funcionan con el mismo concepto de tiempo" a la hora de hacer realidad los proyectos, lo que sigue abriendo "una brecha enorme" entre ellos. "Cuando un joven se implica, quiere resultados inmediatos", afirmó.

"Hijos de la inmigración"

Ragi se remontó a los graves disturbios que se vivieron en Francia en noviembre de 2005 y destacó que la mayoría de los investigadores coincide en la necesidad de "reforzar los modos de participación de los jóvenes, también en los barrios más difíciles". "Es uno de los desafíos más importantes para el próximo presidente de la República francesa", apuntó, para añadir que si no se dan "rápidamente" respuestas a las inquietudes de los jóvenes sobre su futuro pueden "resurgir" las revueltas. Esos jóvenes, independientemente de su nacionalidad, pueden participar en los consejos juveniles, en los que casi un 20% de los integrantes son "hijos de la inmigración".