Empleados de Airbus en Francia protestan contra la reestructuración

Los trabajadores franceses de Airbus se movilizaron ayer en contra del plan de reestructuración de la empresa que supondrá la reducción de 10.000 personas en los próximos tres años: 4.300 en Francia, 3.700 en Alemania, 1.600 en el Reino Unido y 400 en España. Los sindicatos creen que Airbus ha sido injusta con las factorías francesas, ya que Alemania ha conseguido ventaja por las presiones políticas.

En Toulouse, donde se encuentra la sede central de Airbus, así como numerosas empresas subcontratadas, la manifestación fue masiva, entre 12.000 y 15.000 trabajadores. En ella se mezclaron los líderes de las principales centrales sindicales y los candidatos de extrema izquierda a la presidencia francesa, como el trotskista Olvier Besancenot, el altermundialista José Bové y la comunista Marie George Buffet, e incluso el conservador alcalde de la ciudad, Jean-Luc Moudenc. También en la ciudad de Méaulte, en el norte, cuya factoría debe ser vendida según el plan de reestructuración, en la de Saint-Nazaire y en Nantes los trabajadores salieron a la calle.

Los sindicatos consideran que el plan de reestructuración no es la solución a la crisis desatada por los atrasos en las entregas del avión gigante A-380 y la mala decisión industrial tomada en su momento en torno al avión de tamaño medio A-350, ahora rediseñado y en el que es necesario efectuar una inversión de 1.000 millones de euros.

En estos momentos, la cartera de pedidos de Airbus se cifra en 2.500 aviones para los próximos cinco años, lo que supone una producción de dos aparatos por día. Los sindicatos dudan que se pueda mantener este ritmo con menos gente y menos instalaciones.

Además del problema de la bicefalia que deriva de la configuración francoalemana de EADS, que crea graves dificultades de gestión y que está en el origen de los problemas de cableado del A-380 que han provocado los retrasos. Lo que necesita ahora Airbus, según todos los analistas, es simplemente disponer de financiación para cubrir las pérdidas del A-380 y el desarrollo del A-350.

El hecho de que la crisis de Airbus haya estallado en medio de la campaña electoral francesa está amplificando su impacto y determinando sus consecuencias. Ayer, en Berlín, la candidata socialista Ségolène Royal discutió el asunto con la canciller alemana, Angela Merkel. Royal pretende que las regiones francesas entren en el capital de EADS, del mismo modo que ahora lo hacen los Estados alemanes. El conservador Nicolas Sarkozy y el centrista François Bayrou quieren una ampliación de capital de EADS que sería asumida por el Estado francés.