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Reportaje:

'Volver al moro'

Normas técnicas llenan de dudas el regreso de los barcos españoles al caladero marroquí

El Siempre Virgen de Regla está preparado. Faena semanalmente en el golfo de Cádiz, pero su armador, Manuel Rendón, está deseando que, más de siete años después de haberlo hecho por última vez, pueda navegar de nuevo por aguas de Marruecos. Contará con una de las 101 licencias otorgadas a España en el último acuerdo pesquero entre la UE y el país magrebí firmado en julio de 2005, pero que todavía no ha podido entrar en vigor, a la espera de una reunión este jueves donde deben aclararse los detalles técnicos que siguen generando incertidumbre en el sector.

Fue el 28 de julio de 2005 cuando se alcanzó el consenso entre ambas partes. Aquel día se decidió que 119 barcos europeos, de los que 101 serían españoles, podrían regresar a Marruecos. Fue un "acuerdo de mínimos", según define el presidente de armadores andaluces, Pedro Maza. Era cuatro veces más modesto que el anterior en número de barcos y compensación financiera. "Es verdad que podía haber sido mucho mejor, pero es lo que tenemos y es positivo por las expectativas que crea. Hay que ver el vaso medio lleno", añade. Todavía no hay fecha definitiva para que la vuelta sea una realidad.

Estos días, el caladero norteafricano está bajo parada biológica. "Como el acuerdo se firmó en 2005 y no hemos faenado hasta ahora, creemos que no hace falta respetar esta parada", asegura Maza. Con todo, se da por bueno si, como se ha anunciado desde la Administración central y andaluza, los barcos de cerco pudieran regresar el 1 de abril, y los de palangre, a partir del 16 de mayo, una vez que finalice la veda dictada por Marruecos para cada modalidad.

Con 44, Andalucía será la comunidad con más licencias. Canarias se acercará a las 40; Galicia, a la veintena, y el País Vasco y Cantabria contarán con dos cada una. El número exacto puede cambiar, porque los armadores todavía no han formalizado las solicitudes, a la espera de resolver los últimos detalles. "El reparto no se ha hecho por autonomías, sino con un criterio de historicidad. Se ha respetado a aquellos barcos que habían contado con licencia en anteriores acuerdos", aclara el subdirector de Pesca de la Junta de Andalucía, José Manuel Gaiteiro. Sólo en esta región existen 2.000 barcos, de los que dependen 10.000 marineros. El caladero marroquí, a pesar de los recortes del último convenio, será otra vez el más importante para el sector andaluz. Sesenta y cinco de sus barcos faenan en terceros países; fundamentalmente, en Mauritania, Angola y Guinea.

El pueblo más beneficiado de este acuerdo será Barbate (22.000 habitantes). Sólo en este municipio gaditano, 20 barcos de cerco podrán volver a Marruecos. Desde que el 30 de noviembre de 1999 se pusiera fin al acuerdo, muchas cosas han cambiado. Entonces había 1.500 tripulantes. El 70% de la población vivía de la pesca. La UE aportó ayudas por valor de 100 millones de euros para que pueblos como éste siguieran adelante. Gracias a ellas, los armadores barbateños modernizaron 13 barcos (573.552 euros) y paralizaron siete (3.036.785). Un total de 593 tripulantes se acogieron a las ayudas destinadas al autoempleo (3.676.535 euros).

También hubo subvenciones que permitieron a pescadores abrir tiendas, bares o freidurías con las que se reconvirtieron una treintena de marineros, que ascendieron a 1.566.393 euros. Además, 47 tripulantes se prejubilaron, lo que supuso una partida de 1.743.431 euros.

A estas ayudas se sumaron inversiones para impulsar y diversificar la economía local. Uno de los principales proyectos fue la creación de un polígono industrial, el del Olivar, con empresas que generaran empleo para los que se quedaban sin faena. Más de siete años después, todavía no funciona. A lo largo de 2007 se espera que arranque la primera de las naves instaladas allí, dedicada al sector conservero.

Barbate cuenta ahora con 40 barcos. Algunos han renunciado a la vuelta al caladero marroquí. "Ha habido que esperar demasiado tiempo. Es lógico que algunos se hayan aburrido", relata el patrón mayor de la localidad. Veintiocho de ellos aspiran finalmente a una licencia para Marruecos, por lo que tendrán que rotarse. Armadores como Manuel Rendón ven en el caladero norteafricano la única manera de salir de la crisis del sector, agobiado por el incremento del precio del gasoil, el descenso de las capturas en el caladero nacional, la presencia de pescado extranjero en las lonjas y la consiguiente bajada de los precios. "En cuanto nos los permitan, nos pondremos un cohete para salir", asegura Rendón.

Embarcaciones en el puerto de Barbate, en Cádiz.
Embarcaciones en el puerto de Barbate, en Cádiz.JARO MUÑOZ

La reunión, el 8 de marzo

El 8 de marzo, coincidiendo con una visita del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a Marruecos, se ha convocado oficialmente la comisión mixta en la que representantes marroquíes y comunitarios ultimarán los flecos pendientes del acuerdo firmado ya por el rey Mohamed VI, el último trámite que quedaba para hacer efectivo el convenio. En esta reunión bilateral se deben clarificar aspectos técnicos pero fundamentales para hacer viable el regreso de los barcos.

Los armadores de cerco reclamarán pescar con luces, algo que Marruecos ha prohibido en principio. "Sin ellas, no es rentable faenar, porque nuestro trabajo se hace de noche", explica el patrón mayor de Barbate (Cádiz), Antonio Varo. Los españoles también pedirán que se aclare cómo se harán las descargas. El acuerdo recoge que el 25% debe hacerse en Marruecos. Además, los pescadores exigirán mejoras en los puertos marroquíes y la concreción del número de anzuelos para el palangre.

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