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Entrevista:MIQUEL RAMÍREZ | Decano del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones

"Cataluña se juega su futuro en las telecomunicaciones"

El Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones ha hecho un llamamiento al Gobierno catalán para que invierta el 4% de su presupuesto para infraestructuras en telecomunicaciones. El decano, Miquel Ramírez, pide "liderazgo" político para un sector del que depende el futuro de Cataluña.

Pregunta. ¿Por qué es tan importante?

Respuesta. Cataluña se juega su futuro en las telecomunicaciones. Cataluña ha decidido que un sector clave para su futuro es el de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, las llamadas TIC. Pero no sólo porque el sector de la informática, las telecomunicaciones o las empresas de software sea importante en sí mismo. Desarrollar este sector influye de forma importante en la mejora de la productividad del resto de sectores, de toda la economía. Nadie discute que disponer de comunicaciones de banda ancha es un factor esencial en la generación de riqueza. Pedimos al Gobierno catalán que lidere este sector, que lidere la política tecnológica, porque es un momento delicado para las empresas privadas. Existe mucha indecisión y pueden perderse muchas oportunidades. El Gobierno debe impulsar que haya una revolución en las infraestructuras de telecomunicaciones.

"El Gobierno debe impulsar que haya una revolución en las infraestructuras de telecomunicaciones"

P. ¿En qué lugar están las infraestructuras de Cataluña?

R. Cataluña está por encima de la media española en infraestructuras y servicios de telecomunicaciones. El presente es bueno. Otra cosa es el futuro. Ya veremos si es tan bueno.

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P. ¿Por qué?

R. En el futuro, necesitamos tener una red de fibra óptica en casa o muy cerca de casa, porque es la infraestructura que permite acabar con los cuellos de botella en las infraestructuras. Y en el futuro necesitamos tener un ADSL móvil, que permite el acceso a Internet a gran velocidad desde cualquier punto, en la calle. Todos hemos oído hablar de ver la televisión por móvil, de podernos conectar con el ordenador portátil o la agenda electrónica desde cualquier lugar. El futuro es la fibra en casa y el ADSL móvil en la calle.

P. Ustedes piden que las telecos se lleven el 4% del presupuesto en infraestructuras. ¿Cuánto dinero es eso?

R. Hablamos de una horquilla de entre 40 y 70 millones al año. Es asumible. El Gobierno debe dar un impulso y evitar que las poblaciones de menos de 2.000 habitantes no tengan una oportunidad tecnológica, que pierdan industrias por carecer de comunicaciones. Pedimos una incidencia pública grande en esa franja de municipios de entre 2.000 y 40.000 habitantes, donde no está claro que el mercado llegue por sí solo. Sin un impulso decisivo del Gobierno, que puede aportar un tercio de la inversión necesaria (y el resto lo pondría el sector privado), será muy difícil que Cataluña no pierda el tren de las economías líderes.

P. Esa infraestructura es lo que llaman operador neutro...

R. Es una red de telecomunicaciones de propiedad pública común que se pone el alcance de todos los operadores, con las mismas condiciones para todos. No daría servicio a los hogares, sino a las empresas de telecomunicaciones, que alquilarían la red pública para prestar su servicio. La gestión del operador puede ser privada, no nos oponemos a eso.

P. Pero esa red, ¿sería paralela o alternativa a la de Telefónica, que llega a todas partes?

R. En algunos casos, sí, pero no tendría sentido que esa red pública se desplegara en municipios que superen los 30.000 o 40.000 habitantes. Allí las empresas privadas ya van porque les resulta rentable. Por debajo de ese límite de población, Telefónica no tiene red desplegada de fibra óptica hasta la calle. Llega hasta sus centrales, tiene una red troncal, pero no existe competencia en la última milla, de la central hasta las casas, que es lo más caro y complicado.

P. CiU en la recta final de su Gobierno y ERC en el primer tripartito apostaron por un operador neutro y no se ha avanzado mucho...

R. Es cierto, pero se ha avanzado en definición del proyecto. Cuesta mucho planificar sobre la base del inventario de fibra que ya existe hoy, abrir zanjas, colocar la fibra... Para llegar al 80% de los hogares de Cataluña, y trabajando mucho, no se conseguirá antes de que pasen cinco años. Pedimos que no sea algo de un partido o de otro partido. Es algo básico en lo que todo el mundo debe estar de acuerdo, y creo que todos los partidos políticos, cada uno con su modelo y sus ideas sobre el cómo, están de acuerdo en que hace falta una infraestructura nueva. En estos últimos tres años, los políticos se están dando cuenta de la importancia de las telecomunicaciones.

P. Hace unos años hubo un debate muy fuerte sobre las necesidades de infraestructuras y quienes pedían cablear toda Cataluña fueron acusados de dogmáticos. Ganaron los partidarios de la tecnología ADSL. ¿Por qué vuelven a hablar de fibra óptica?

R. Hace 20 años, hablar de cable de fibra óptica era cosa de visionarios. Hace 10, era posible técnicamente, pero imposible económicamente. Era carísimo. Hoy, la inversión que habría que hacer en cada hogar es elevada, pero asumible, y hay que mirar lo que hacen los demás. En EE UU, hay empresas; por ejemplo, Verizon y South Bell, que tienen planes para cablear millones de hogares. En Francia o Suecia se sigue el mismo camino, con impulso público, para poner infraestructuras de fibra. Es asumible y da unas posibilidades a las que el ADSL no puede llegar.

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