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Costas rebaja a 25.000 los pisos vacíos que hay en la ciudad

Lluís Pellicer

El catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona y director del Libro blanco de la vivienda, Antón Costas, rebajó ayer a 25.000 los pisos desocupados que calcula que hay en la ciudad de Barcelona. Es cerca del 25% la cifra que arrojó el censo del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2001, que sostenía que en la capital catalana había cerca de 105.000 casas desocupadas.

Respondiendo a una pregunta que le formuló una integrante del movimiento V de Vivienda durante el acto de presentación de los avances del estudio al alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, Costas aseguró que sólo pueden considerarse vacíos entre el 3% y el 4% de todos los pisos de Barcelona. A esta cifra llega por tres razones. Primero, el INE no valoró que en Barcelona existen también pisos "no principales o secundarios" que no pueden considerarse vacíos. Es el caso, por ejemplo, del que fija su residencia habitual donde iba de vacaciones y decide conservar su casa en la ciudad para quedarse en ella cuando lo necesite.

Cambios de uso sin contar

"El segundo motivo es que los agentes del censo realizaron el censo de 2001 en relación al de 1995 y no fueron capaces de discriminar los cambios de uso que se produjeron en muchos inmuebles. Y nos consta que en Barcelona ha habido bastantes", aseguró Costas. Y tercero, la capital catalana cuenta con un parque de viviendas envejecido que está siendo rehabilitado. "Muchas estaban vacías por ese motivo", agregó Costas.

Los cálculos del catedrático coinciden con otros estudios que antes efectuaron el economista Ricard Vergés en Barcelona y el sociólogo Jesús Leal en Madrid, y que concluyeron que el INE consideró como vacíos pisos en los que no encontró a nadie en ninguna de las ocasiones que visitaron el domicilio. Ambos estudios concluyeron que no estaban desocupados. Simplemente, no había nadie en casa.

El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ante los datos del Libro blanco, reiteró que el Ayuntamiento está creando vivienda protegida para jóvenes y ancianos, en especial de alquiler, que "va ganando peso", informa Europa Press. "Tenemos un reto pendiente que es encontrar soluciones a los segmentos sociales que están alejados de la posibilidad de poder acceder a un piso", agregó.

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La síndica de Barcelona, Pilar Malla, ya denunció en su informe anual de la semana pasada que hay un sector de la población con ingresos inferiores a 1.000 euros que se quedan fuera del acceso a las viviendas sociales porque hay mucha más demanda que oferta. Malla, además, reclamó más pisos de alquiler.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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