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Von Gerkan y Jean Nouvel se reparten el concurso de la marina de Valencia

Las dos propuestas realzan la conexión de la ciudad y el viejo cauce del Turia con el mar

El concurso internacional convocado por el Consorcio Valencia 2007 para diseñar la conexión de la ciudad con la fachada marítima tiene dos ganadores. El jurado acordó ayer premiar ex aequo las propuestas del equipo alemán GMP, encabezado por Meinhard von Gerkan, y la de los arquitectos Jean Nouvel y José María Tomás Llavador, todos ellos buenos conocedores del espacio urbano sobre el que han volcado sus ideas. La concreción de los proyectos, la imaginación, capacidad de innovación y modernidad han guiado la decisión del jurado, aseguró la alcaldesa, Rita Barberá.

Tras dos días y medio de deliberaciones, la alcaldesa se declaró "en condiciones" de afirmar que el jurado "ha encontrado lo mejor para Valencia". A la fase final del concurso han llegado 59 propuestas para conectar la ciudad con su frente marítimo, derribar la verja física y sociológica que la separa del entorno portuario, y de rematar el encuentro del antiguo cauce del Turia con el mar. En total, un espacio de 1,3 millones de metros cuadrados que encierra en el puerto otro medio millón de metros de lámina de agua.

El concurso de la Marina Real Juan Carlos I buscaba ideas para renovar la fachada litoral y crear una nueva centralidad urbana, y esas ideas, como advirtió Barberá, "pueden ser realizadas como están", parcialmente, "o ser interpretadas". No existe una obligación legal de plasmar los diseños ganadores, aunque sí la voluntad de que marquen la transformación del frente litoral. Los arquitectos participantes fueron inscritos con un código numérico, pero los paneles desplegados ayer por el jurado -en el que participaron la propia alcaldesa; la candidata socialista Carmen Alborch; y prestigiosos arquitectos como Jaime Lerner- en el edificio Veles e Vents de la dársena interior del puerto no dejaban lugar a muchas dudas, al menos sobre las propuestas que resultaron premiadas: el equipo alemán de arquitectos GMP, encabezado por Meinhard von Gerkan y Volkwin Marg, y el grupo del francés Jean Nouvel y del valenciano José María Tomás Llavador. Ambos recibirán 125.000 euros, mientras que el tercer premio, que recayó en un estudio de ingenieros liderado por Alberto Domingo y Carlos Lázaro, asciende a 50.000 euros. El arquitecto británico Norman Foster obtuvo una mención honorífica (20.000 euros), al igual que Luis Alonso de Armiño.

Aunque la alcaldesa viajó hasta Venecia para presentar el concurso y darle mayor resonancia internacional, al final el jurado se ha decantado por dos equipos que conocen bien Valencia, y sobre todo, han presentado ya propuestas globales o parciales relacionadas con el ámbito de la marina. Del proyecto de GMP, el jurado ha destacado la prolongación en línea recta y "con rotundidad" de la avenida de Francia, y dos rascacielos de hasta 220 metros de altura que podrían constituir otro "hito" tan del gusto de la alcaldesa. El diseño de Nouvel y Tomás dibuja un nuevo entorno urbano marcado por el paisaje, la puesta en valor del jardín del Turia, la recuperación de la playa de Natzaret y "una excelente" conexión tanto de la Malva-rosa como del viejo cauce con el puerto y el mar. Ambas propuestas apuestan por crear un gran delta verde en la desembocadura del Turia.

Tanto GMP como Nouvel han presentado en los últimos dos años proyectos relacionados con la fachada marítima de Valencia. El equipo del arquitecto francés lanzó el proyecto privado Valencia Litoral, que reordenaba el doble de espacio que este concurso, mientras que Von Gerkan diseñó el planeamiento del suelo urbanizable de El Grau, junto al puerto, en un certamen que no ganó porque el Ayuntamiento decidió aparcarlo. La decisión del jurado fue unánime, aunque no estuvo exenta de tensiones, dado que las propuestas ganadoras eran deudoras de los trabajos anteriores de los arquitectos premiados. Sin embargo, miembros del jurado consideraron difícil no concederles el premio, ya que destacaban con claridad por encima del resto de trabajos.

¿Ideas para la basura?

Valencia se ha convertido en los últimos años en una cita constante en la agenda de los principales arquitectos internacionales. La designación de la ciudad como sede de la Copa del América, y con ella la posibilidad de acometer su culminación urbanística con un lenguaje arquitectónico potente, ha dado pie a diversos concursos que han llamado la atención de los estudios de arquitectura más reputados de Europa. Sin embargo, el desarrollo que han seguido hasta hoy esos concursos no ha sido tan brillante como lo fue el propio proceso de lanzamiento y selección. Transcurrido el fogonazo mediático, la mayoría de las ideas que resultaron elegidas se perdieron por el sumidero del olvido. Así ocurrió con el antiguo proyecto del Balcón al Mar, que ganó el arquitecto valenciano José María Tomás Llavador. Y otro tanto le sucedió al PAI del Grau, que situó al propio Meinhard von Gerkan como favorito para luego tirar las propuestas a la papelera y subsumirlo en el de la nueva marina que se falló ayer. Y en esa misma línea estuvo el que celebró el Valencia CF para su futuro nuevo estadio, que ganó un arquitecto pero que construirá otro. Ahora los proyectos de Jean Nouvel y Von Gerkan corren el mismo riesgo, ya que el concurso de ideas no presupone compromiso alguno. Aunque en un caso que tiene gran trascendencia sobre la ciudad sería políticamente injustificable que el concurso de ideas haya sido, otra vez, un fin en sí mismo.

Como señaló Tomás Llavador: "Valencia no puede perder la ocasión de desarrollar el contacto de la ciudad con la zona litoral, y lo que es más importante, el control urbano del puerto".

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