Zapatero ve un cambio en el discurso de Otegi, pero le exige un claro rechazo de la violencia

Las declaraciones del líder de Batasuna, Arnaldo Otegi, ayer en La Vanguardia, en las que dice que "el Estado español no tiene que pagar un precio político a ETA ni a nosotros" y que "la independencia sólo se puede construir desde las vías pacíficas y democráticas", no han pasado desapercibidas en La Moncloa. José Luis Rodríguez Zapatero manifestó que en ellas hay "elementos distintos" a pronunciamientos anteriores. No obstante, exigió a Batasuna un rechazo "creíble, fehaciente y convincente" a la violencia y una muestra de que ETA se dispone a dejar las armas "para siempre".

El presidente del Gobierno leyó la entrevista de La Vanguardia a Otegi, la primera que el portavoz de la ilegalizada Batasuna concede a un diario de cobertura nacional tras la ruptura del alto el fuego permanente de ETA, cuando viajaba a Ponferrada (León), y no dejó que pasara desapercibida en la conferencia de prensa que ofreció en la capital de El Bierzo, adonde acudió a firmar dos convenios. "Hay elementos distintos a otros pronunciamientos tradicionales" de la izquierda abertzale, dijo Zapatero.

Lo que más atrajo la atención de La Moncloa fue el "tono" empleado por Otegi de desmarque de la violencia, que atraviesa la entrevista. Así, señala que "la independencia sólo se puede construir desde vías pacíficas y democráticas; no se puede construir de otra manera". O también: "Queremos hacer política en términos democráticos; estamos manteniendo la misma actitud que el Sinn Fein en Irlanda o el Congreso Nacional Africano en Suráfrica y que permitió construir la solución".

Otegi también plantea en la entrevista asuntos sorprendentes en la izquierda abertzale como cuando dice: "El Gobierno tiene motivos para desconfiar de la interlocución de ETA..."; "el Estado español no tiene que pagar un precio político a ETA ni a nosotros".

Las declaraciones de Otegi se producen después de que anunciara una "reflexión" hace 50 días, tras el atentado de Barajas y tres semanas después de que presentara un plan constitucional de "resolución del conflicto".

Zapatero no quiso responder a los motivos que, a su juicio, han provocado estas declaraciones inéditas de Otegi, como la cercanía del proceso electoral en el que el líder de Batasuna admite que la izquierda abertzale quiere estar presente. Tampoco quiso pronunciarse si las declaraciones responden a un debate interno en la izquierda abertzale o si cuentan con la aquiescencia de ETA.

Lo que sí hizo, tras destacar su importancia, fue poner de relieve la insuficiencia de las declaraciones de Otegi. "Lo que hace falta es que la izquierda abertzale rechace la violencia y que lo haga de forma creíble, fehaciente y convincente para la democracia, para que la democracia esté segura", dijo Zapatero, y añadió: "La democracia ha de tener la seguridad de que ETA está dispuesta a abandonar para siempre la violencia. Eso es lo esencial".

En esta misma línea, Zapatero juzgó "absolutamente rechazables" los incidentes provocados el sábado, tras una marcha en Bilbao, en la que participaron dirigentes de la ilegalizada Batasuna, como Joseba Permach, que resultó detenido.