Repsol, Shell y Total desafían a EE UU con proyectos en Irán
La Administración norteamericana amenaza con represalias comerciales por los contactos
Las medidas del presidente de Estados Unidos, George Bush, que impiden a empresas norteamericanas hacer negocios con Irán, están siendo aprovechadas por empresas europeas para lograr acuerdos que le den acceso a las segundas reservas del mundo de petróleo y gas.
Royal Dutch Shell Plc, la mayor petrolera europea, y la española Repsol YPF SA -que el mes pasado firmó un nuevo acuerdo para un proyecto a tres años de producción de gas estimado en 8.000 millones de euros- están entre las empresas que no pueden darse el lujo de dejar de lado los proyectos de crudo y gas natural en Irán, dijo James Bell, presidente de Gas Strategies, una consultora con sede en Londres.
"Las compañías que quieran ganar una cuota en el mercado de Irán no tienen otra elección que seguir adelante en el juego de la prolongada y paciente espera'", dijo Bell en una entrevista telefónica. Responsables de la administración estadounidense han lanzado advertencias contra tales operaciones e incluso amenazado con aplicar una ley de 1996 que penaliza fiscalmente a las empresas extranjeras que hacen negocios tanto en Estados Unidos como en Irán, país sujeto a sanciones por las Naciones Unidas por rehusar a renunciar a su programa nuclear.
Aún así, Austria y Suiza firmaron el mes pasado "un memorando de intenciones'' para el suministro de gas desde Irán en 2012 a través de un gasoducto que aun no se ha construido. Este mes, el ministro indio de Asuntos Exteriores, Pranab Mukherjee, reanudó en Teherán las conversaciones sobre un proyecto de gasoducto desde Irán, atascado desde hace tiempo.
Thierry Desmarest, presidente de Total SA, con sede en París, la tercera petrolera europea, dijo el pasado 14 de febrero que continuarán las negociaciones con Irán sobre un importante proyecto de gas licuado.
"Nadie niega el hecho de que aparte de determinadas consideraciones políticas, está en el interés de todo el mundo que las inversiones en Irán impulsen la capacidad de producción de crudo y gas", dijo Desmarest en una conferencia con analistas en París. Las presiones norteamericanas, hasta ahora, no han tenido demasiado éxito.
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