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El debate del acceso a la vivienda

Trilla reclama mejoras fiscales y más suelo para pisos sociales de alquiler

Los promotores dicen que hay miles de viviendas en la costa que se podrían arrendar

Eugeni Forradellas. La vivienda, para decirlo gráficamente, es más del señor Solbes [Pedro Solbes, ministro de Economía] que de la señora Trujillo [María Antonia Trujillo, ministra de Vivienda]. Las políticas económicas son las que pueden determinar cambios fiscales importantes, con decisiones atrevidas. En Cataluña, el decreto de acceso a la vivienda ha permitido que haya más ayudas al alquiler y los promotores públicos han disfrutado de un cierto incentivo. Se debería trabajar también con el sector privado, aunque tendríamos que ver cómo. Deberíamos retener la propiedad del suelo para incrementar el parque público.

Enric Reyna. Tienes mucha razón, las cuestiones fiscales dependen más de Solbes que de Trujillo. Pero si nos fijamos en la zona que va de Barcelona a Pineda y de Barcelona a Cunit, hay miles de pisos vacíos que sólo se alquilan en verano. El resto del año están cerrados. ¿Por qué? A la gente no le sale a cuenta alquilar por el miedo a no cobrar o a los destrozos, y arrendándolos tres o cuatro meses no declaran nada. Si en lugar de castigarlos fiscalmente con el 40% de la renta, se rebajara al 5% o el 10%, pero declarándolos, tendríamos miles de pisos a la mañana siguiente. No sería necesario esperar a ningún programa. La solución es fiscal, y esto es rapidísimo.

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Carme Trilla. Es uno de los asuntos que tenemos sobre la mesa y que estamos intentando trabajar con los promotores. Hay mejoras en algunos ámbitos, sobre todo el de la gran inversión, pero la fiscalidad no está favoreciendo al pequeño propietario que alquila. Tenemos que encontrar la vía de animar a los dueños a poner sus viviendas desocupadas en alquiler. Hay otras líneas en marcha. Son las de la mediación entre propietario e inquilino para dar garantías al dueño para que pierda el reparo de alquilar. Es el ámbito que puede dar resultados más inmediatos, porque los pisos ya existen, con la virtud de que debe intentar que la ayuda pública lo convierta en un precio por debajo del mercado.

Hemos llegado a la conclusión de que hoy hacer vivienda de alquiler por parte de los promotores, tanto sociales y públicos como privados, pasa por la vivienda de alquiler protegido. Para un empresario, promover pisos de alquiler puro y duro supone prácticamente salir al mercado con unos alquileres exorbitantes y, por tanto, hay mucha dificultad de colocarlos. Con ayudas al alquiler protegido se pueden hacer viviendas a un precio razonable y que, en consecuencia, tengan una colocación inmediata, porque la demanda es extraordinaria.

La Administración tiene que poner los elementos. El primero es el suelo, a un precio adecuado. Es complicado. ¿Dónde están estos suelos? Todos los municipios tienen que intentar forzar al máximo. La Ley de Urbanismo ya lo pide. Es imprescindible, pero no la única medida. La fiscalidad también tiene que desempeñar su papel, y las administraciones deben garantizar desde los planes de vivienda que haya recursos suficientes para financiar estos pisos. En Cataluña, a pesar de ser -dicen que no, pero sí- de las comunidades que construye más vivienda protegida de alquiler, no llegamos al cupo que tenemos convenido con el Estado. No porque no haya suficientes recursos económicos, sino porque no tenemos el suelo y porque la fiscalidad aún no ayuda lo suficiente.

Esta información ha sido elaborada por Francesc Arroyo, Lluís Pellicer y Claudi Pérez.

CARME TRILLA: "Barcelona tiene que ser tratada en clave metropolitana"

"La primera preocupación de la gente es la insuficiencia de la oferta de vivienda de alquiler y de compra asequible. Estos dos mercados se solapan. La preferencia de los ciudadanos es la compra, y si no puede ser, el alquiler. Hay que ser realistas, en la ciudad de Barcelona siempre tendremos insuficiencia de oferta. Y cuidado, porque si los asuntos de la vivienda de Barcelona los miramos sólo en clave de ciudad, nos estrellamos. Hay que abordarlos en clave metropolitana. Todos prefieren vivir en Barcelona, pero la capacidad de la ciudad para producir viviendas es limitada. Que haya una presión enorme de demanda en la ciudad es lógico. La habrá siempre. La insuficiencia de oferta también es lógica y también estará siempre. Ahora bien, los más afectados son los que no pueden acceder a los precios. Luego está la inflación. El alquiler no es más que una consecuencia de la rentabilidad de la inversión. Si los precios de venta suben, el alquiler también. En Barcelona, en el mercado libre, estamos en una situación de alquileres muy altos que nos lleva a derivadas negativas: compartir vivienda o, en el extremo, los amontonamientos".

ENRIC REYNA: "La gente debe saber que no podrá vivir en la capital"

"Una de las cosas de las que tenemos que mentalizar a la gente es que no se podrá vivir en Barcelona. No hay suelo ni para alquiler ni para venta de protección oficial por la gran demanda que hay. Por tanto, tenemos que empezar a decirlo: el suelo que hay en Barcelona es limitado y se podrán promover las viviendas que se puedan construir, pero no para la demanda que hay. Que la gente se mentalice de que se construirá no en la primera corona, sino en la segunda o la tercera. Para eso necesitamos infraestructuras. No podemos pretender que se construya en un lugar al que no se pueda llegar con facilidad, al que no se pueda acceder en tren o en metro. La Administración edificará pisos de alquiler, de protección, pero llega donde llega. Ha llegado el momento de decir la verdad, porque afirmar que 'en tantos años haremos tantos miles de viviendas'... Las haremos, pero no en Barcelona. No se puede, no hay suelo y estamos creando expectativas. ¿Qué haremos? ¿500 pisos? El otro día me invitaron a un acto de Comisiones Obreras. Estaban todos contentos, han hecho una gran hazaña: 5.000 viviendas en 15 años. Para la demanda que hay, eso es el chocolate del loro".

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