Espejismos de soledad

Publicado en 1993, el presunto libro autobiográfico A rock and a hard place: one boy's triumphant story, de Anthony Godby Johnson, en el que se detallaba una escalofriante historia de abusos sexuales en el seno familiar, fue objeto de un sonado escándalo cuando se conoció su condición de engaño. El caso inspiró una novela a Armistead Maupin, escritor y activista homosexual que había caído en la trampa del falso Johnson, contribuyendo a la difusión del libro.

Junto a su ex socio y compañero sentimental Terry Anderson y el director Patrick Stettner -autor de una, al parecer, estimable ópera prima inédita en nuestro país: The business of strangers (2001)-, Maupin firma el guión de una adaptación cinematográfica que traslada su novela al territorio del thriller sombrío. El rótulo que anuncia al espectador que está ante "una historia real" funciona casi como advertencia sobre la desgana telefílmica con que Stettner cuenta esta historia que le exige jugar sucio y engañar para que la atención se mantenga, al menos, unos minutos. Robin Williams sobreactúa su esfuerzo de no sobreactuar en este sórdido relato de soledades y espejismos, desganado y previsible.