El Gobierno y los partidos replican a ELA que la 'Y' lleva 20 años de debate

El Gobierno, la mayoría de los partidos y la patronal Confebask salieron ayer al paso de los argumentos esgrimidos por el sindicato ELA al anunciar una campaña de movilizaciones para conseguir que se convoque una consulta popular sobre la Y ferroviaria. Todos le recordaron que el trazado de alta velocidad lleva ya 20 años de debate público en Euskadi y que los diferentes documentos urbanísticos y de planeamiento han sido sometidos a información pública y debate en ayuntamientos, Parlamento y Juntas Generales.

Por ello, entienden que no tiene fundamento la crítica lanzada por ELA de que el proyecto se ha impuesto sin ningún tipo de debate ni consulta, según indicó ayer el Departamento de Transportes y los partidos. El sindicato nacionalista, mayoritario en Euskadi, ha endurecido de manera notable la oposición a la línea de alta velocidad con ese anuncio de movilizaciones. La sorpresa era palpable ayer en circulos políticos e institucionales por el salto dado por ELA al pasar de una posición de rechazo a otra de agitación para intentar paralizar un proyecto que supone la mayor obra de infraestructura acometida en Euskadi, con cerca de 5.000 millones de euros de coste. Según la central, el proyecto es antisocial y la forma en que se ha gestado demuestra la "falta de democracia" del Ejecutivo autónomo, al no someterlo previamente a una consulta popular.

La consejera de Transportes y Obras Públicas, Nuria López de Guereñu, habitualmente comedida, se mostró contundente al replicar a ELA e incluso lanzó una severa crítica a la forma de hacer sindicalismo de la central. "La Y es un proyecto legítimo y demandado por la inmensa mayoría de la ciudadanía vasca. La práctica política de la actual dirección de ELA es impropia de un sindicato de su implantación y de su historia, y se encuentra cada vez más alejada de la realidad social", dijo en un comunicado.

López de Guereñu recalcó que se trata de un proyecto aprobado por el Gobierno y el Parlamento vascos (con más del 80% de los votos), por el Gobierno central y que cuenta con el respaldo de las diputaciones y de la mayoría de los ayuntamientos.

Sobre la Y se ha hablado y debatido a lo largo de los últimos 20 años, pero la discusión se ha intensificado en los últimos diez hasta dar por concluido el proyecto. De ahí que plantear ahora la exigencia de un debate y la paralización de las obras no pretende sino "abortar lo que democráticamente se ha decidido", apostilló López de Guereñu.

La idea del debate social que pretende trasladar ELA consiste, según la consejera, en situar la legitimidad política fuera del sistema institucional y encuadrarlo en foros que "no pueden sustituir el valor democrático de las instituciones, que son el ámbito de decisión sobre la Y que ya se han pronunciado".

La contundencia de López de Guereñu fue secundada por PP, PSE y Confebask. El parlamentario del PP Borja Sémper enmarcó el anuncio de movilizaciones de ELA dentro de la carrera sindical que ha emprendido con LAB para ver quién es más radical. "No se da cuenta de los enormes perjuicios que esta postura pueda acarrear a los trabajadores vascos a los que dice representar", dijo.

El socialista Rodolfo Ares recordó a ELA que en democracia se sabe el respaldo con el que cuenta un proyecto por el apoyo que le dan "los representantes de la voluntad popular", es decir, los electos de las distintas formaciones políticas en las instituciones. "El proyecto se ha sometido a información pública y ha sido debatido y apoyado en todas las instituciones".

Confebask incidió en que la iniciativa lleva gestándose dos décadas, que ha estado durante todo ese tiempo en debate público y privado, y que concita la opinión favorable de una gran mayoría de los ciudadanos vascos. Por eso, muestra su sorpresa porque ahora "se trate de convertir la infraestructura del siglo en casi un tren de cercanías".