Madripedia pedestre
En un breve periodo de tiempo, aquellas oficinas siniestras que dibujaba del natural de la experiencia el dibujante Pablo San José en las páginas de La Codorniz se hicieron modernas y silenciosas gracias a la llegada de los ordenadores mágicos. Un suave deslizamiento del ratón y emergían en las ligeras pantallas expedientes y archivos que nunca se traspapelaban, adiós a los cartapacios y a las ventanillas y también a los ratos afilando lápices y comentando el fútbol dominguero. Algunos luditas trataron de boicotear el gran invento, aquellas máquinas nuevas e indoloras acabarían con sus puestos de trabajo, los modernos robots no tenían incorporadas frases dilatorias, "Vuelva usted mañana" o "Preferiría no hacerlo". Otros burócratas más jóvenes hallaron rápidamente las ventajas, los ordenadores también servían para jugar, en la red y en solitario y para navegar en busca de nuevos y más amplios horizontes a través de una ventana que se asomaba al mundo. Otro avance que pronto apreciarían incluso los usuarios más reacios era la nueva, la magnífica excusa, la coartada perfecta: "Usted perdone, no podemos atenderle porque se nos ha caído el sistema".
Nada es perfecto, a veces los ordenadores se caían de verdad, se tomaban unas vacaciones inesperadas o cometían originales desmanes que a las nuevas autoridades informáticas les costaba mucho solucionar, un ejemplo reciente es el de Estela el caprichoso software instalado en las bibliotecas municipales madrileñas que de momento ha dejado más de 100.000 libros encerrados en las mazmorras del cuartel del Conde Duque a la espera de destino. Pero la estrella más rutilante del panorama informático del Ayuntamiento de Madrid, ha emergido recientemente, se llama Madripedia, hermana pequeña e infradotada de la excelente enciclopedia global Wikipedia. Nacida al compás de las prisas electorales, la Madripedia tiene por el momento más agujeros que tejido informativo, es natural porque se trata, nos avisan sus mentores, de una enciclopedia que tendremos que ir rellenando todos con nuestras aportaciones para convertirla de verdad en la que dice ser, pero aún no es: "La mayor enciclopedia libre jamás escrita", de momento es pequeña y aunque se toma sus libertades no parece muy libre, ni muy enciclopedia pues apenas contiene 1.200 entradas, trasplantadas de una enciclopedia anterior editada por el Ayuntamiento. Aunque a los colaboradores se les advierte de que sean neutrales y objetivos ya se sabe en qué clase de galimatías podría convertirse la Madripedia sin una junta de vigilancia, sin una división final de contenidos que es como rebautizaron a la antipática censura en la televisión de la transición. En las páginas de esta enciclopedia hay otro aviso para colaboradores que les disuade de colocar en ella sus escritos: "Si no deseas que la gente corrija los escritos sin piedad y los distribuya libremente". En una obra elaborada con tan diversos materiales, la objetividad que requiere una enciclopedia debe brillar por su ausencia, pero se supone que los primeros artículos de fondo, publicados y seleccionados antes de su entrada en funcionamiento, deben ser al menos fiables.
Entro por el portal de la nueva casa y pregunto por el jefe Gallardón, pero aún no hay un artículo a su nombre, sólo aparecen varias referencias a artículos en los que se le menciona. Igual sucede cuando pregunto por la presidenta Aguirre, no hay artículo pero sí múltiples citas de artículos como el dedicado al proyectado campo de golf de Chamberí. El vacío más absoluto responde cuando tecleo el nombre de Miguel Sebastián, no hay artículo, aunque aparecen referencias cruzadas con las iglesias de San Miguel y San Sebastián y con San Sebastián de los Reyes. Aquí hay truco pues en la recién nacida Madripedia sí se menciona el nombre del candidato socialista a la alcaldía madrileña. La referencia aparece en el apartado de biografías de alcaldes de Madrid, Gallardón no tiene artículo pero sí biografía y en ella esta "objetiva" apreciación: "Finalmente el elegido fue Miguel Sebastián... sin embargo la elección ha sido criticada desde sectores del Partido Socialista Madrileño que la consideran realizada a dedo y que ven en Sebastián a un desconocido de la política madrileña". Un desconocido que de momento no se hará famoso en las páginas de Madripedia, una grande y libre.
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