"¿Cine en coreano? Total, por un euro"

A María Teresa y Dolores, amas de casa, la campaña Cine para Mayores les cambió la vida el pasado 9 de noviembre. No hay semana que no aprovechen la oportunidad que tienen aquellos de más de 60 años de -independientemente de su lugar de residencia, renta o situación laboral- ver todos los martes no festivos alguna película en 509 salas de la región por un euro. Pero el chollo, promovido por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, tiene fecha de caducidad: la semana que viene.

Pese a ser cinéfilas hasta ahora con su "pensioncita" como viudas -en un país en el que la media es de 728,73 euros mensuales- el dinero no les daba más que para disfrutar del cine una vez al mes. 6,5 euros por una localidad (entre 1,20 y 1,50 euros menos con descuento) no es un gasto superfluo cuando hay que echar cuentas para llegar a fin de mes. Madrid es, tras Barcelona, la ciudad con las entradas más caras (de media en España 5,22 euros). Ayer en la cola del Roxy B, donde las amigas pensaban ver en la sesión de las 16.00 Cartas desde Iwo Jima, había consenso entre los que hacían cola: cada vez hay menos salas que hacen reducción a la tercera edad y los precios suben más que el IPC.

Antes no les quedaba otra que mirar con lupa la cartelera para hacer su elección mensual y durante unas semanas han ido al tuntún y satisfechas con el resultado. Por lo que cuesta una sola entrada han visto: María Antonieta, Babel, Infiltrados, The Queen, Los fantasmas de Goya y Diamante de sangre. Hay que aprovechar hasta el último minuto y ayer optaron, junto a otros dos amigos, por hacer sesión doble. Bastaba con cruzar la calle Fuencarral para ver a las 20.00 Miss Potter. Hablan con nervio y les da miedo coger mal sitio porque no es una sesión numerada.

Estas dos pensionistas han tenido que soportar largas colas para hacerse con una butaca. En las salas de versión original subtitulada Verdi y Princesa calculan que por el programa Cine para mayores el aumento de público es de un 20%, pero más significativo es el alza de las salas Kinépolis, donde se ha pasado de los 1.200 espectadores diarios de media a los 5.000. En términos totales, según datos de la Comunidad ofrecidos ayer, la afluencia de público ha subido un 20% mensual. Los beneficios de los cines adscritos han sido un 74% mayores que los restantes.

La idea de quedarse sin plan los martes no le ha hecho ninguna gracia a Dolores, así que el otro día agarró el teléfono y llamó a la Comunidad. "Me han dicho que toman nota y que intentarán hacer algo", cuenta orgullosa de su gestión.

Lo que Dolores no sabe es que las instituciones han gastado en difusión de la campaña 1,1 millón de euros -repartidos entre el Ayuntamiento y el Gobierno regional en un 65% y 35%-, pero que los exhibidores han sido los más generosos. "Pagando un euro parece que hacer una película no cuesta. No hemos tenido subvenciones. Todo el dinero se ha ido a publicidad. Nos lo hemos planteado como un programa social porque con un euro no vale la pena abrir un cine", aclara Javier Fernández, director general de Cinesa. Él es partidario de que,

si los jubilados no pagan, los costes se repartan entre las administraciones, los distribuidores y ellos.

Las instituciones han tomado nota, como pedía Dolores. En estos momentos, aseguran fuentes de la Federación de Cines, existen conversaciones para proseguir con la campaña.

Luis Álvarez, de Cinebox, remarca que los martes han tenido que aumentar la plantilla: dos taquilleras, dos acomodadores y dos camareros en vez de uno en cada puesto como siempre. No quiere quejarse. En el cine de Aluche han pasado de los 150 espectadores de media a 800 los martes, mientras que en los periféricos la subida no ha pasado del 20%. Una tendencia que se repite en las salas de Cinesa: en las que se puede ir andando. La afluencia en éstas ha crecido un 50% y no más de un 30% en las de difícil acceso.

A estas viudas no les hace "ninguna gracia" que Cartas desde Iwo Jima sea en japonés -un cartel subrayado en amarillo lo recuerda en la taquilla- pero no queda otra. -¿Me da dos entradas para Time?- Es en coreano con subtítulos en castellano. -Da igual. Total, por un euro. Es uno de los diálogos más repetido en los Cines Princesa. Raro es el mayor de 60 años que se para en barras por la limitación lingüística. Total, por un euro da igual que "hablen raro". Isabel a sus 77 años se ha aficionado a la versión original. Los martes hay tanta gente en los cines de la Vaguada que va a los Renoir.

"El aumento de demanda se ha notado sobre todo en las películas subtituladas del inglés y el italiano", cuenta Raquel Villanueva, encargada de las salas Verdi de Madrid. Las sesiones de las 16.00 y las 18.00 son las más solicitadas. Roberto Lorenzo, de los Princesa, asegura que no ha terminado el anterior pase y ya hay un grupo grande ansioso por entrar.

"Vienen a la sesión de las 20.00 de la tarde", informa Juan Martín de Kinépolis. "Hay películas que no han funcionado muy bien, como Natividad, pero que sin embargo han ido muy bien los martes. Y hoy (por ayer) y la semana que viene vamos a programar exclusivamente El gran silencio -documental sobre los monjes cartujos- que imaginamos tendrá público".

En 2006, la Comunidad gastó 19,5 millones en ciclos y festivales de cine, así que el desembolso en esta campaña no parece grande. De haber un nuevo acuerdo mejoraría la posición de los exhibidores y Dolores y María Teresa no tendría que buscarse una afición alternativa. En cambio, a la cinéfila Paca, de 61 años, las aglomeraciones de ese día no le compensan y desde noviembre va cualquier otro día de entre semana.