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Reportaje:

Dinero europeo sólo a cambio de ideas

El recorte de fondos de la UE obliga a los pueblos valencianos a idear proyectos innovadores para recibir financiación

La Comunidad Valenciana está madura para competir con el resto de regiones europeas. Así lo ha determinado la Unión Europea que le ha retirado fondos estructurales por valor de 2.400 millones de euros para los próximos seis años. A partir de ahora, los municipios tienen que agudizar el ingenio para recibir euros comunitarios. "Ya no financiamos nada que se pueda tocar", advirtió la pasada semana en Bruselas, Peter Leffler, funcionario de la Agencia Europea de la Energía, ante 70 políticos municipales valencianos. Los representantes locales asistieron al seminario "UE y entidades locales" organizado por la Generalitat y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP).

Con la entrada de Bulgaria y Rumania, los fondos fijos de la UE para la Generalitat han pasado de 4.400 millones de euros (de 2000 a 2006) a 1.900 (de 2007 a 2013). La fundación de la Comunidad Valenciana Región Europea (FCVRE) -una de las más numerosas con 42 trabajadores- trata desde 2003 de compensar la pérdida económica. De momento, sólo han recaudado 52 millones de euros en 32 proyectos. La mayoría relacionados con innovación tecnológica, formación de funcionarios y campañas de sensibilización.

"Me parece muy bien pero, ¿cómo puedo yo conseguirlo para mi pueblo?". La pregunta del alcalde de Agost (4.700 habitantes), Felipe Viñedo, representa la sensación de la mayoría. Los proyectos importantes, de momento, han quedado vedados para las pequeñas poblaciones. Valencia acapara la mayoría de las ayudas. El equipo de Rita Barberá es de los pocos que se puede permitir un proyecto.

"El mayor problema es que la mitad de los municipios tiene menos de 5.000 habitantes", afirma Miguel Ortiz, alcalde de Altea y presidente de la FVMP. Hay que añadir el escepticismo de muchos pueblos que ven imposible acceder a dinero europeo. Sólo reciben subvención un 10% de los proyectos que se presentan.

Alcaldes del PSPV, PP, EU, UV e incluso independientes. Ninguno está convencido. "Lo más difícil es convencerles de que la ayuda no supondrá nada perjudicial", explica Juan Manuel Revuelta, director de la FCVRE. El proceso es simple. Un municipio detecta un problema; Llama a la fundación; El equipo de Revuelta empieza a buscar socios entre las 256 regiones europeas; Preparan un proyecto; Concursan en la Comisión; Y si todo prospera, el resultado se traduce en millones de euros de financiación. Parece sencillo pero el problema está en la base. La iniciativa debe partir de los propios municipios, que no cuentan con la UE como un objetivo prioritario.

Uno de los proyectos pioneros fue el Ecobus, aprobado en noviembre de 2004. El Ayuntamiento de Valencia ganó un concurso que financiaba la reutilización de aceites domésticos en combustible para los autobuses urbanos. Ahora el proyecto lo copian Londres y Vigo. Misión cumplida para la UE. Revuelta Insiste con un segundo ejemplo: el Ecorice en L'Albufera. La quema de la paja del arroz ha sido un problema medioambiental desde hace muchos años para Valencia. Ecorice creó un sistema de reciclaje que transformaba los restos en mantas orgánicas para terrenos de secano. El plan convenció a Bruselas que puso dos millones de euros.

Algunos pueblos también han conseguido participar en el reparto del pastel. En Requena, el proyecto Biovid transforma, desde 2005, dos toneladas anuales de residuos de los sarmientos de vid en materia prima para fabricar cartón en Buñol. En total cerca de dos millones y medio de financiación europea. Este proyecto supone una excepción, aunque Requena cuenta con 20.000 habitantes.

"Lo reparten como quieren", dice el alcalde socialista de un pueblo alicantino. El director de la FCVRE incitó a los asistentes al seminario a olvidarse de su color político e incluso de las elecciones. "Pensad que en Europa trabajamos juntos PP y PSOE, por los intereses valencianos. Olvidad las elecciones de mayo y poneos a trabajar en el futuro de vuestro pueblo. Vale la pena", alentó.

Quien no se olvidó del color político es Gema Amor, consejera de Cooperación y Participación de la Generalitat Valenciana. Calificó de "nefasta" la negociación del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en Niza en 2003, donde se estableció el reparto de fondos tras la última ampliación.

Valencia copa las ayudas

Cuatro de cada 10 proyectos Life de medio ambiente que llegan a España desde la UE van a parar a la Comunidad Valenciana. Son planes de mejora del ahorro energético, uso de residuos o protección de ecosistemas. El resto se basan en formación de funcionarios, becas y campañas de sensibilización. Un simple recuento en la página web de la fundación de la Generalitat en la UE (www.uegva.info) demuestra que el Ayuntamiento de Valencia es el principal destinatario de las ayudas. Recibe directamente más del 50% de las subvenciones.

Entre los 9 proyectos dedicados exclusivamente a la capital, las ayudas suman más de 10 millones de euros en apenas tres años, sólo de subvenciones. El Ayuntamiento aporta también su parte de la financiación.

Ecorice, Ecolight, Ecobus, Biocompost, Duna, Webpol... Una decena de programas para el parque natural de L'Albufera, la policía local, los autobuses, los taxistas y conductores. El resto de planes están relacionados con el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, planes de mejora de la industria turística o intercambio de estudiantes. Es decir, el resto también benefician a Valencia.

El problema del acaparamiento llega cuando el resultado es insatisfactorio. Según el grupo municipal socialista, muchos de estos planes están dedicados a la propaganda de la alcaldesa Rita Barberá.

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