Italia apura el paso

El crecimiento de la producción italiana se ralentizará hasta el 1,3% durante este año, principalmente por los ajustes fiscales realizados para mantener las cuentas bajo control. En un curso en el que los motores de la economía serán el consumo interno y las exportaciones, los analistas han vuelto a pedir una urgente reforma de las pensiones y una reducción de los impuestos.

Los analistas señalan que este curso el PIB del país se ralentizará hasta el 1,3% debido al efecto de la racionalización del aparato público

La meta del Gobierno es cerrar este año con un déficit fiscal del 2,8%, aunque pocos creen que se logre tras el desequilibrio del 4% en 2006

Italia ha cerrado 2006 con un crecimiento del 1,7% confirmando que se alejan los fantasmas de la recesión. La cuarta economía europea ha remontado el vuelo después de la caída de sus niveles de exportaciones y la aparente pérdida de competitividad de sus productos. Los analistas señalan que este curso el PIB del país se ralentizará hasta el 1,3%, la mitad de la media europea, debido al efecto de la racionalización del aparato público. Un plan emprendido para controlar el crónico déficit fiscal y la gigantesca deuda pública.

Durante este año, los motores del crecimiento seguirán el consumo interno, que según cifras de la OCDE se elevará un 1% este año, después de elevarse un 1,6% en 2006 y un 0,1% en 2005. Del mismo modo, las exportaciones crecieron un 5,1% el año pasado, mientras que este curso lo harán un 3,5%. Durante los últimos tres cursos, la administración de Silvio Berlusconi culpó a la moneda única de la UE como la causante de la pérdida de competitividad de los productos italianos y la caída de sus exportaciones.

Apuesta exterior

No obstante, desde la llegada de Romano Prodi, el discurso oficial ha cambiado. En una reciente comparecencia, el ministro de Economía, Tommaso Padoa-Schioppa, ha señalado que la fortaleza de la moneda única europea es buena para la economía de la eurozona y la salud de las exportaciones alemanas muestra que la solidez de la divisa no es necesariamente un obstáculo para los exportadores del bloque.

Pero el problema endémico de la economía italiana sigue siendo sus cuentas públicas, deficitarias debido a décadas de excesos en el gasto fiscal. Los últimos datos de Eurostat indican que la deuda estatal excede el 105% del PIB, uno de los más altos de la UE. Esta deuda ha aumentado considerablemente durante los últimos años, en que su déficit fiscal ha vulnerado el Pacto de Estabilidad.

La meta del actual Gobierno es cerrar este año con un déficit fiscal del 2,8%, aunque pocos creen que se logre llegar a esta cifra después de un 2006 en el que el desequilibrio rondó el 4%, tras el 3,6% de 2005. Con todo, las autoridades señalan que este año comenzarán a notarse los efectos del incremento de la recaudación impositiva gracias a una reactivación de la economía y las medidas del Ejecutivo para combatir el gasto excesivo y la evasión fiscal.

Comenzar las reformas

Los sectores económicos han pedido que se implementen cuanto antes las reformas para consolidar el repunte económico en el mediano plazo. El gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, ha solicitado que se implemente un recorte en los impuestos. Una carga tributaria más baja haría más competitivas a las empresas italianas y ayudaría a que el consumo de las familias siguiera impulsando el crecimiento. No obstante, el Gobierno ha señalado que no se puede cambiar nada hasta 2009.

La segunda gran reforma pendiente es la de las pensiones. El aumento en las expectativas de vida de los italianos, sumado a la gigantesca deuda pública, ha generado que el sistema previsional pase por una severa crisis de financiamiento. Los datos de la UE indican que el gasto público en pensiones italiano se sitúa en el 14,2% del PIB. Las previsiones indican, además, que si no se aplican reformas, en 40 años se podría duplicar la tasa de pensionistas por cada trabajador activo.