Una torre a prueba de seísmos
Pelli defiende la seguridad del rascacielos que levantará en Sevilla
"Si sabes que se avecina un terremoto, corre al edificio más alto que puedas encontrar". Éste es el consejo del arquitecto César Pelli, quien construirá en Puerto Triana, Sevilla, un edificio de 178 metros de altura que se convertirá en el más alto de Andalucía. Las palabras de Pelli no deberían caer en saco roto para nadie, ya que este arquitecto argentino (Tucumán, 1926) sabe lo que ocurre en las alturas. Pelli, nacionalizado estadounidense y con estudio profesional en New Haven (Connectticut), es el autor de un buen número de rascacielos, entre ellos las Torres Petronas de Kuala Lumpur, en Malaisia, que con sus 452 metros han sido el techo del mundo hasta que, en 2003, las superaron los 508 de la Torre Taipei 101, en Taiwan.
El terremoto que sacudió a la mitad occidental de la península Ibérica el pasado lunes, que con 6,1 grados en la escala de Richter se sintió con intensidad en Sevilla, pone de manifiesto la necesidad de conocer cómo se comportan estos edificios en casos de grandes catástrofes.
El seísmo del pasado lunes, el mayor que ha afectado a España en la última década, no causó ninguna víctima porque su epicentro estaba en alta mar, 150 kilómetros al suroeste del Cabo de San Vicente (Portugal), pero tanto el estudio del arquitecto, como el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamentos de Sevilla están trabajando para que el rascacielos que se levantará al sur de la isla de La Cartuja sea "absolutamente seguro".
"Cuando las torres son altas y delgadas están protegidas del viento y de los terremotos. Las torres son hoy edificios muy seguros. Al ser tanta la longitud del edificio, su periodo de oscilación es muy distinto al que se produce a ras de suelo; por eso puede ocurrir que en un terremoto se vengan abajo pisos con dos o tres plantas y no ocurra nada en uno con 43 plantas", explica Pelli a este periódico desde su oficina en New Haven. El arquitecto, que también construye en Madrid un edificio de oficinas de 250 metros de altura para la Mutua Madrileña Automovilística, ha sido el ganador de un concurso en el que las cajas sevillanas El Monte y San Fernando invitaron a cinco grandes estudios internacionales para elegir el edificio que representará su nueva etapa cuando, dentro de unos meses, se fusionen como Cajasol.
"Por supuesto que el edificio cumplirá toda la normativa vigente en cuanto a los sistemas de seguridad. De momento, lo que hay es un anteproyecto, un documento en el que estas cosas no están detalladas. Calculamos que a mediados de mayo César Pelli presentará el proyecto y entonces podremos iniciar la petición de licencias para la obra", comenta Manuel Trujillo, presidente de la sociedad Puerto Triana, participada por las dos cajas.
Trujillo añade que el equipo de arquitectos estará en contacto con el Servicio de Bomberos de la ciudad, que será el encargado de controlar que se cumplan todos los requisitos de seguridad para lo cual revisarán los planos, controlarán la edificación y comprobarán que todo funciona cuando la obra esté acabada.
Plácido Díaz, subjefe del Servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Sevilla, está convencido de que la futura torre de Puerto Triana cumplirá con todos los sistemas de seguridad "por partida doble". "La normativa actual para toda España es el Código Técnico de la Edificación (CTE), que entró en vigor a finales de 2006 y regula los sistemas de seguridad que deben tener los edificios de distintas alturas hasta los 50 metros. Cuando se supera esta altura, las normas son las mismas para un edificio de 52 metros que para otro de 150", asegura Díaz. En caso de movimientos sísmicos, el subjefe de Bomberos confía en que en Sevilla se utilizarán los sistemas más avanzados. "Las mejores técnicas se han desarrollado en Tokio, una ciudad llena de rascacielos y en la que nunca sucede nada a pesar de estar en zona sísmica. Los desastres ocurren donde hay pobreza, pueden ser chabolas sobre el suelo o edificios de dos plantas pero que están muy mal construidos", apunta.
En el caso de que se produzca un incendio, el edificio -como cualquier otro que supere los 20 metros de altura- cuenta con escaleras internas presurizadas. "En construcciones de altura no deben hacerse las escaleras de emergencia por fuera del edificio. Se hacen por dentro y presurizadas para evitar que entre el humo en caso de incendio, porque la mayoría de las víctimas en los incendios muere asfixiada", comenta Pelli, quien añade que su estudio tiene mucha experiencia en construcciones en altura y dispone de un "estupendo" equipo de ingenieros que se ocupan de toda la seguridad.
"Cualquier edificio que supere los 50 metros tiene que disponer de un sistema de seguridad pasiva, que proporcionan los materiales de construcción ignífugos y la compartimentación en sectores del edificio, y otro de seguridad activa, con elementos incorporados al propio edificio como rociadores de agua automáticos que saltan cuando sube la temperatura, sistema de inundación de espuma, cortinas de agua para evitar el paso de humo o micronización del agua", enumera entre otros Plácido Díaz.
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