Hasta 400 euros de multa
El principio que rige en Ginebra es "el que ensucia paga". Cada empresa o individuo es responsable de sus desperdicios. Se aplica un impuesto por bolsa de basura generada que ronda los 20 euros mensuales en el caso de particulares.
Los residuos se dividen en papel de periódico, papel satinado, cartones, materia orgánica, vidrios blancos, verdes y marrones, metales y latas de conservas, entre otras categorías. La normativa es aún más rigurosa en los cantones de habla alemana, donde un servicio de inspección abre las bolsas para comprobar que los desechos declarados estén en acuerdo con los reales. Las multas pueden alcanzar los 400 euros. Suiza es uno de los países más avanzados en materia de reciclaje, ya que el porcentaje de recuperación llega al 95%.
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