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Reportaje:

General Jaruzelski: soldado raso

Los gemelos Kaczynski extreman su política de caza de brujas en Polonia

Los gemelos Kaczynski -el presidente de la República, Lech, y el primer ministro, Jaroslaw, de 57 años- han dado una vuelta más a la tuerca para apretar su control sobre Polonia con las recientes dimisiones de los ministros de Defensa e Interior. Al mismo tiempo, los gemelos siguen adelante a toda máquina con su afán de lustrar Polonia y limpiarla de todo resto del régimen comunista.

La próxima víctima de la caza de brujas es una figura prominente: el general Wojciech Jaruzelski, de 84 años. Tratan de degradar a soldado raso a Jaruzelski por su papel de presidente de Polonia en la etapa final del régimen comunista y durante la ley marcial de 1981.

En poco menos de 48 horas, el Gobierno de Kaczynski ha perdido a dos ministros clave: el de Defensa, Radoslaw Sikorski, de 43 años, y el de Interior, Ludwik Dorn. Los motivos del cese de estos dos ministros son discrepancias con los gemelos que mandan en Polonia. Sikorski y Dorn no pertenecen a los otros partidos que forman la coalición de gobierno. Son fieles militantes del partido de los gemelos, Derecho y Justicia (PiS). A Dorn se le llama incluso, por su identificación con ellos, el tercer gemelo.

El Gobierno pretende degradar al jefe militar, de 84 años, por su papel en el régimen comunista

A los dos ministros salientes los reemplazaron de inmediato dos personajes que sin duda encajan a la perfección en el proyecto de los Kaczynski de librar a Polonia de todo resto de comunismo.

Aleksander Szczyglo, de 43 años, ocupará la cartera de Defensa. Hasta ahora Szczyglo, que hizo toda su carrera a la sombra de los Kaczynski, estaba encargado del Gabinete del presidente de la República, Lech. Szczyglo ha expresado ya su intención de llevar adelante la limpieza en las filas de las fuerzas armadas polacas. Esto incluye la elaboración de una ley para degradar y retirarles todas sus condecoraciones a los militares que presidieron el Consejo de Salvación Nacional (WRON), el organismo que dirigió Polonia durante la ley marcial en 1981, cuando el régimen comunista trató de liquidar de una forma relativamente pacífica, sin asesinatos ni fusilamientos, el sindicato independiente Solidaridad.

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Ahora, 25 años después, los Kaczynski quieren castigar a Jaruzelski, sobre cuyo papel la historia no ha emitido todavía un juicio definitivo, si fue un héroe que con la ley marcial salvó a Polonia de una sangrienta invasión soviética, o un villano represor del sindicato independiente.

El ministro de Defensa dimitido Sikorski no podía ser dudoso y presenta una biografía de probado anticomunismo. Salió de Polonia con motivo de la ley marcial y estudió en Inglaterra, donde después se dedicó al periodismo y se distinguió como corresponsal de guerra en Afganistán en los días de la lucha contra los soviéticos. Pasó Sikorski un tiempo en Estados Unidos, allí se vinculó a los sectores neoconservadores y era un hombre de confianza de Washington. Sobre su dimisión circulan en Varsovia varias versiones. Una apunta a un enfrentamiento con su viceministro y jefe del contraespionaje militar, Antoni Macierewicz, que disfruta de la plena confianza de los Kaczynski y optaron por él cuando Sikorski pidió su destitución.

Al parecer, Macierewicz, imbuido de celo lustrador, había llegado a investigar las actividades del ministro Sikorski durante su exilio británico. Otra versión apunta a diferencias con el primer ministro sobre la negociación con Estados Unidos para instalar en territorio polaco un sistema de defensa antimisiles.

La dimisión del ministro del Interior, Dorn, está todavía menos clara. Dorn es también un hombre de fidelidad absoluta a los gemelos, con los que fundó el PiS. Conservará el puesto de uno de los viceprimeros ministros en el gabinete de Jarioslaw Kaczynski, pero expresó bien claro Dorn que lamenta dejar la cartera de Interior, que prefería al cargo de viceprimer ministro.

El rumor más extendido en Varsovia es que el origen de las discrepancias es que Kaczynski no estaba muy conforme con la lentitud en las labores de lustración en el Ministerio del Interior. El nuevo ministro, Jaroslaw Kaczmarek, no está afiliado al PiS, pero es un hombre de plena confianza de los Kaczynski que se ha distinguido en la persecución de la corrupción desde su cargo de fiscal general.

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