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1.000 ganaderos se manifiestan contra las minas de Terra Chá

Reclaman que se revise el informe favorable de Medio Ambiente

Los ganaderos de la comarca luguesa de A Terra Chá, una de las principales zonas de producción láctea de Galicia, están dispuestos a impedir el aprovechamiento de tres minas de cuarzo en terrenos sobre los que se asientan sus explotaciones. Unos 1.000 productores se concentraron ayer frente al edificio administrativo de la Xunta en Lugo, donde una comisión entregó 5.400 firmas y manifiestos de 12 asociaciones para pedir que se revise el informe favorable de Medio Ambiente al proyecto.

El proyecto consiguió la autorización de la Consellería de Medio Ambiente cuando el gobierno de Manuel Fraga se encontraba en funciones. "Puede haber palos", dramatizó una de las concentradas, que no acaba de creerse que toda su propiedad se encuentre afectada por una de las concesiones. "Puede ser la ruina y no lo vamos a consentir. Saldremos a la calle las veces que haga falta", remarcó.

Los concentrados se situaron detrás de una pancarta en la que se pedían "nuevas evaluaciones de las concesiones mineras" y dejaron constancia de su frontal oposición a las explotaciones, de la empresa Erimsa, que ya cuentan con concesión de Industria. "Radicalmente, minas non", afirmó un vecino de Goá (Cospeito), quien considera una "tomadura de pelo" lo ocurrido. Lo mismo opina otro ganadero de Pacios (Castro de Rei), que tiene afectadas las 30 hectáreas de las que dispone. "Nada de nuevas declaraciones. No queremos minas", precisó.

En la concentración estuvo presente Xosé Manuel Carballo, sacerdote de parroquias por las que discurren las cuadrículas mineras. Denunció la "gran inquietud" que a su juicio se genera por falta de información. "Si realmente se lleva a cabo la concesión tal y como está planteada supondría la transformación completa de A Terra Chá, de nuestro paisaje y de nuestro medio de vida. Esto tiene que tener algún arreglo y no me explico cómo se pudo llegar a este punto", lamentó.

El presidente de la cooperativa Copacios, Juan Carlos Andión, también se apunta al "no rotundo" a las minas. Explicó que las propiedades ya tienen ahora "mucho menos valor" al estar afectadas. "Es casi como si no fuéramos propietarios, ya que durante los 30 años de la concesión no podremos construir un simple alpendre sin comunicárselo a la empresa", comentó el cooperativista. Las minas afectarán a 500 explotaciones ganaderas, de las que viven más de 6.000 personas.

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