El desembarco de China en África
Acabo de volver de Nairobi, donde he tenido la suerte de participar en el 7º Foro Social Mundial. Uno de los temas que se ha tratado con más interés en este Foro es el del enorme incremento de las "ayudas" económicas de China al continente africano.
El evidente interés chino por acceder a los recursos naturales africanos es visto con recelo desde Europa y Estados Unidos, desde donde se expresa una cierta preocupación por la falta de "condiciones", y por lo tanto de escrúpulos, que parece tener China al otorgar los préstamos y ayudas. Y es que el Gobierno chino no parece estar dispuesto a detenerse ante la falta de transparencia, la galopante corrupción o la violación de derechos humanos por parte de algunos Gobiernos africanos. Pero mi duda es: ¿lo han hecho Europa y Estados Unidos alguna vez?
Durante décadas, los países ricos han utilizado la ayuda financiera a África para moldear las economías y estructuras políticas del continente según sus necesidades. No se ha dudado en prestar ayuda a Mobutu para asegurar el freno del comunismo en África; no hemos parado préstamos ante la violación de los derechos civiles en Argelia o Marruecos. Sin ir más lejos, el mismísimo Gobierno español ha mantenido una línea de ayuda anual de forma incondicional al régimen dictatorial de Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial, donde los intereses energéticos españoles son tan evidentes como la corrupción o la violación de derechos humanos. ¿Por qué nos preocupamos ahora de que China haga lo que nosotros llevamos haciendo durante décadas, si no siglos? Como se afirmó en más de un debate durante el Foro Social Mundial, los chinos no son peores para los africanos de lo que lo han sido los europeos o los estadounidenses. Lo que sí son los chinos es una fuerte competencia en el reparto del pastel africano. ¿Será por eso que ahora nos preocupamos por la corrupción o los derechos humanos en África.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.