"La educación es la que garantiza la libertad"
Josefina Vázquez, mexicana, nacida en 1961, autora de varios libros de éxito, entre ellos Dios mío, hazme viuda, por favor, recibió del ahora presidente Felipe Calderón el encargo de llevar su campaña en la complicada política de su país. Tras la escandalera que hubo después del recuento, Calderón le pidió que fuera su secretaria de Educación. La pasada semana Josefina Vázquez acompañó a su presidente en la visita oficial que éste hizo a España
Josefina Vázquez cree que la educación, que cae bajo su responsabilidad en el Gobierno mexicano de Felipe Calderón, es la que abre la puerta a la libertad. Es periodista, ha sido responsable de programas radiofónicos sobre política y economía, es licenciada en Economía, fue diputada desde el año 2000, por el Partido de Acción Nacional del presidente Calderón, le llevó a éste la campaña electoral y ahora se desempeña como secretaria de Educación Pública. Tuvo ya responsabilidades de Gobierno, con Vicente Fox, que le encargó la Secretaría de Desarrollo Social. Es casada y tiene tres hijas. Vino con el presidente Calderón en la visita oficial que éste hizo a España, y la notamos muy impresionada, sobre todo por su encuentro con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Cuando la entrevistamos, cerca de las diez de la noche, después de una jornada que incluyó la firma de un acuerdo con su homóloga española Mercedes Cabrera, estaba fresca como una rosa, y quisimos hacerla regresar a su profesión de periodista.
Pregunta. ¿Cuál sería su titular de este encuentro Calderón-Zapatero?
Respuesta. Zapatero y Calderón apuestan por la democracia. Eso es muy importante.
P. Dijo el otro día el cineasta Guillermo del Toro, su paisano, cuando recogió el premio Goya, que México y España harían bien en trabajar "juntitos".
R. Estoy completamente de acuerdo. Nos une el idioma, la historia, nos unen momentos muy difíciles; nos unieron las guerras de manera entrañable y para siempre. Podemos colaborar en el mundo de hoy, a fabricar espacios de paz, coincidencias para el futuro.
P. Y con esa filosofía firmó un acuerdo con su homóloga la ministra española.
R. Sí, con Mercedes Cabrera firmé un acuerdo muy amplio en cuanto a los problemas comunes que afectan a la docencia; tiene que ver también con las universidades en lo que respecta a la educación a distancia. Entre esos convenios figura la apertura de una escuela para oficios en materia de turismo que es de gran importancia para México. Y mantenemos el compromiso de una agenda cultural muy ambiciosa.
P. Su ministerio engloba también la cultura. ¿Qué ventajas tiene eso con respecto a su homóloga española?
R. Acaso nosotros tenemos la posibilidad de consolidar una agenda más amplia. De nuestra secretaría depende no sólo la cultura, sino también el deporte, los medios de comunicación del Estado, el Fondo de Cultura Económica... Esos instrumentos permiten crear agendas integrales que nos habilitan para dar pasos de futuro.
P. En esta visita ustedes han anunciado que el Fondo de Cultura, que tiene una historia tan entrañada con la cultura española de posguerra, va a tener un nuevo espacio en Madrid...
R. Sí, habrá un edificio nuevo, emblemático, que será no sólo un centro de irradiación cultural, editorial, sino un símbolo de esta relación de México con España, que halló un punto culminante cuando los españoles del exilio contribuyeron tanto al porvenir de México... Todas estas circunstancias hacen posible que nosotros veamos hoy al señor Zapatero, y a España, como un aliado indispensable de México y de América Latina. ¡México aquí se siente como en su casa!
P. Ustedes le dieron mucha importancia a la felicitación de Zapatero tras el recuento electoral...
R. Eso fue muy importante para el presidente Calderón, que había luchado en la campaña más difícil y más compleja para millones de ciudadanos que votaron por una opción en la que creyeron. Y fue importante para empezar una agenda democrática de legalidad.
P. ¿Cómo se queda un país después de una campaña tan dura, y con un resultado tan disputado?
R. La ciudadanía ha apostado por la cultura de la paz, y ha mirado al presidente Calderón desde esa convicción. Calderón quiere construir, con los que le votaron y con los que legítimamente tomaron otra opción, un país en paz. Eso ha conducido a un arropamiento en torno al liderazgo del presidente Calderón una vez que se solventaron todas las incertidumbres. Y ahora se ve que en el Congreso hay más acuerdos que desacuerdos. Un mexicano le dijo aquí, en Madrid, al presidente Calderón: "Mire, presidente, ahora sentimos más certidumbres que incertidumbres". Ése es el estado de ánimo.
P. Se le ve muy feliz.
R. Pero con muchos problemas, con muchas preocupaciones de futuro.
P. ¿Como cuáles?
R. Fundamentalmente, la agenda de seguridad, el crecimiento del narcotráfico, la equidad en un país de grandes contrastes y de grandes desigualdades. Para resolver esos problemas nuestra obligación es implementar el diálogo con las voces que piensan distinto.
P. La existencia de la desigualdad fue el emblema de López Obrador, el competidor de Calderón. ¿Cómo van a abordar este gran problema?
R. No hay una instancia única desde la que se resuelva esa incertidumbre. Debemos atraer inversiones, debemos hacer una política social que reconozca que el Estado juega un papel muy importante... Hemos aprendido durante el siglo XX que el mercado no es suficiente para resolver la desigualdad y la injusticia y que las manos invisibles no juegan, pero existen. Con una política social que reconozca esta desigualdad y que ayude a la ciudadanía a ejercer sus derechos humanos, creo que podemos avanzar mucho en contra de la desigualdad.
P. Su ministerio es central en esa política.
R. El presidente Calderón tiene la convicción de que la agenda de cultura y educación debe influir en la creación de un espacio para el reencuentro y la reconciliación. Y nosotros estamos obligados a crearlos desde nuestra secretaría. Creemos que la diferencia fortalece el sentido social.
"Dios mío, hazme viuda..."
Josefina Vázquez es la autora de Dios mío, hazme viuda, por favor, que vendió cerca de medio millón de ejemplares en México y que fue baluarte de muchos chistes en el último periodo de la política azteca. Pero en el libro, la ahora ministra mexicana de Educación aborda un asunto perfectamente serio. Establecía en él "un diálogo con las mujeres de América Latina", acosadas desde antiguo por las secuelas visibles del machismo que conduce a la violencia doméstica y que tiene su símbolo más terrible en lo que ocurre con las mujeres maltratadas y asesinadas en Ciudad Juárez.
"Yo creo que ahora podemos ser menos pesimistas con respecto al futuro de la mujer; en el caso concreto de México, cada día hay más que acceden a la escuela, y la política social defiende sus derechos, que es como defender su porvenir. ¿Mi sentimiento ante lo que sucede? De rabia; es una agresión, y una realidad, que afecta sobre todo a las mujeres más pobres".
El Gobierno mexicano se plantea ahora, para favorecer una convivencia mejor, un manual de educación cívica. ¿Y cuál sería el primer mandamiento? "El primer mandamiento es la educación laica, a la que estamos obligados constitucionalmente. Y lo que más nos debe preocupar, en ese manual cívico, es alentar a los niños a educarse en la tolerancia y en el respeto. Hace años alguien decidió eliminar la materia de civismo de nuestro sistema educativo... Fue un error, y lo hemos pagado con creces. Hemos aprendido en México que no es suficiente con tener buenos médicos, buenos matemáticos..., si eso no se acompaña con buenos ciudadanos. Yo estoy convencida de que la apuesta cívica es independiente de cualquier ideología, y es básica".
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