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Un hombre de 70 años mata a cuchilladas a su esposa en el domicilio familiar en Oviedo

Un hombre de 70 años mató ayer con un cuchillo a su esposa, de 66, en Oviedo. La víctima había iniciado el trámite de separación matrimonial hace unos meses y, según confió a una vecina, su marido debía abandonar el domicilio conyugal ayer mismo. El presunto homicida, que se entregó a la policía tras perpetrar el crimen, agredió a su mujer con un arma blanca en el domicilio que ambos compartían en la capital asturiana. Según la policía, no existían denuncias por malos tratos, pero vecinas de la víctima declararon que la mujer tenía miedo y que recientemente había cambiado la cerradura de su dormitorio. Con esta muerte se elevan a seis las mujeres que han perdido la vida en lo que va de año a manos de su pareja o ex pareja.

Fue el presunto agresor, José Ramón Tamargo, natural de Grado (Asturias), quien se personó a las once de la mañana en la comisaría de policía de Oviedo para confesar que acababa de matar con un cuchillo a su cónyuge en la vivienda familiar. Agentes del grupo de homicidios se desplazaron con él a la vivienda, en cuya entrada hallaron el cuerpo sin vida de la mujer, María del Carmen Valdés Graña, natural de Oviedo. El cadáver, que se hallaba boca abajo, presentaba heridas causadas por arma blanca.

Según testimonios vecinales, la víctima había iniciado los trámites de separación tras haber madurado esa decisión desde hace varios años y había expresado en los últimos días temor por la reacción de su pareja por esta decisión. Marido y esposa hacían vidas separadas y dormían en habitaciones distintas. Una vecina aseguró que la fallecida le había confiado que había cambiado la cerradura de su dormitorio por miedo al marido.

Según estas versiones, no se conocía la existencia de peleas o malos tratos físicos, pero una residente sostuvo que la víctima sufría maltrato psicológico. Los habitantes de la zona describieron a la mujer, al igual que a los hijos, como "excelentes personas", y aseguraron que el agresor, palista jubilado, tenía problemas con el consumo de alcohol.

El matrimonio, con tres hijos varones y una hija, convivía con uno de ellos, de unos 25 años, en el domicilio familiar. Cuando se produjeron los hechos, el hijo se encontraba ausente de la vivienda.

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