Sarkozy no dejará el Gobierno hasta finales de marzo

El candidato conservador a la presidencia francesa, Nicolas Sarkozy, parece ser víctima de su amor al poder. Se aferra al puesto de ministro del Interior mientras se le acumulan las acusaciones de utilizar a los servicios de inteligencia policiales contra sus adversarios políticos. Sarkozy anunció ayer que no abandonará el Gobierno hasta finales de marzo. La primera vuelta de las elecciones francesas se celebrará el domingo 22 de abril.

A petición de la candidata socialista, Ségolène Royal, agentes de la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) registraron ayer los archivos de los Renseignements Generaux (RG, servicio de información policial) en busca de fichas sobre los candidatos al palacio del Elíseo y los miembros de sus equipos.

El semanario Le Nouvel Observateur y la revista satírica Le Canard Enchainé añadían nuevos datos a la noticia publicada por esta última hace una semana sobre el origen de los informes realizados por los RG sobre Bruno Rebelle, consejero de Royal y antiguo responsable de Greenpeace Francia. Unas revelaciones que contradicen muchas de las explicaciones dadas en su momento por los responsables de los servicios de inteligencia de la policía -que reconocieron la existencia de las fichas-, y de paso los desmentidos de Sarkozy.

A la ficha sobre Rebelle se ha añadido ahora otra denuncia de Le Nouvel Observateur en el sentido de que los RG investigan desde hace tiempo a los vecinos del barrio donde el candidato Sarkozy ha instalado su cuartel general. Para no instalarse en un barrio rico de París, el candidato conservador escogió un edificio en la calle Enghien, en el distrito 10º de la capital, una zona modesta con un gran componente de inmigración. Los vecinos denuncian haber recibido cuestionarios en sobres de color salmón sin sello, en los que se les apremia a llamar a un número de teléfono donde les responde un policía. Las preguntas son variadas; van desde las insinuaciones del peligro de que terroristas puedan rondar por el barrio hasta el consejo de que no dejen entrar a su casa a paparazzis que busquen la foto comprometida del candidato.

Campaña de descrédito

Le Canard Enchainé, por su parte, en una segunda entrega sobre el trabajo que los RG han realizado por cuenta del candidato Sarkozy. Estarían, por ejemplo, en el origen de la campaña de descrédito sobre el patrimonio inmobiliario de Royal y su compañero, el primer secretario socialista François Holande, porque investigaron sobre las declaraciones de impuestos y las propiedades de la pareja, filtrándolo después a varios colectivos, entre ellos los anarquistas de Bella Ciao, que lo introdujeron en Internet.

Para Sarkozy de trata de "mentiras" que no son sino "una cortina de humo" para esconder la caída en los sondeos de su rival socialista. "No tengo la intención de abandonar mis responsabilidades; el Partido Socialista se pone nervioso porque los sondeos de su candidata no son buenos", dijo.

La oposición, especialmente el campo socialista que había visto cómo la explosiva entrada en campaña de Sarkozy coincidía con una serie de tropezones de Royal, se frota ahora las manos: hay una brecha en la que ahondar. Desde su propio partido le llegan consejos para que abandone el Gobierno y evite propagar la imagen de un inquietante candidato-policía ávido de poder.

Al PS se ha añadido el resto de las formaciones políticas, incluido el candidato centrista François Bayrou, para quien estos incidentes muestran el modelo de democracia que quiere Sarkozy. Los editoriales de los principales periódicos, incluidos los de tendencia conservadora, también critican sus "dos sombreros".