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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El espectáculo de la supervivencia

Cineasta holandés con un polimorfo perverso en su interior, Paul Verhoeven articuló en su país de origen un tonificante modelo de cine espectáculo adulto, cuyos personajes también existían (y deseaban) de cintura para abajo en un universo regido por la transgresión de tabúes. Hubo un momento en que su mirada insumisa pareció poder dinamitar los arquetipos de Hollywood desde dentro -eran los años de Robocop (1987) y la extraordinaria Desafío total (1990)-, pero Verhoeven perdió el pulso frente a un mercado incapaz de descifrar la ironía medular en trabajos tan incomprendidos como Starship Troopers (1997) y, muy especialmente, Showgirls (1995). El libro negro, su reencuentro con el guionista Gerard Soeteman, es, pues, un regreso a casa en toda regla, pero con la descreída sabiduría del viajero magullado y el músculo todavía firme de un veterano conductor de maquinaria pesada.

EL LIBRO NEGRO

Dirección: Paul Verhoeven. Intérpretes: Carice Van Houten, Sebastian Koch, Tom Hoffman, Halina Reijn. Género: Aventuras bélicas. Holanda-Alemania-Gran Bretaña-Bélgica, 2006. Duración: 135 minutos.

Excesiva, dinámica y avasalladora, El libro negro narra, entre la picaresca y el acelerado serial de aventuras (bélicas), las tribulaciones de una superviviente nata en la Holanda de finales de la Segunda Guerra Mundial. El placer y la muerte son las únicas verdades irrefutables en un relato que concibe la Historia como la alternancia de roles entre víctimas y verdugos, y que utiliza la traición como elemento esencial de su tejido narrativo.

La película funciona de manera tan precisa como veloz mecanismo de evasión que el espectador corre el riesgo de no reparar en su anomalía: Verhoeven desarticula constantemente el aliento épico de la trama para desvelar secretos yacimientos de ambigüedad que desestabilizan el explícito uso de arquetipos y clichés. El libro negro juega a ser una película de aventuras a la antigua, pero sabe que ya no puede serlo, que ya no hay espacio para el candor, ni para la heroicidad de una pieza. Como tampoco lo hay para una maldad químicamente pura.

Único cineasta en activo capaz de dotar de función narrativa a un pubis teñido, Verhoeven, con su imaginación venérea en plena forma, utiliza a menudo el trazo grueso, pero los abundantes placeres pulp que depara su súper producción (la más cara en la historia del cine holandés: también la más taquillera) están en todo momento al servicio del humanismo desamparado que domina el conjunto.

Casi como un Josef von Sternberg anti-sofisticado y viril, Verhoeven hace de El libro negro un poema no ya de amor, sino de puro deseo inflamado por su actriz principal, Carice van Houten.

Fotograma de <i>El libro negro.</i>
Fotograma de El libro negro.
Vídeo: elpais.com
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