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El alcalde de Arrigorriaga dice que "tan víctima" es Argala como las de ETA

El alcalde de Arrigorriaga, el peneuvista Alberto Ruiz de Azua, aseguró ayer que, "terrorista o no", el dirigente de ETA José Miguel Beñaran, Argala, asesinado en 1978 con una bomba colocada bajo su coche, es "tan víctima del terrorismo" como el policía y el taxista asesinados por ETA en esa localidad e incluidos en la moción que propone la celebración de un homenaje conjunto a los tres. El texto fue aprobado por el pleno municipal el pasado viernes con los votos a favor de PNV, EA y EB, el rechazo de socialistas y populares y la abstención de un grupo vecinal.

La moción, que había sido presentada por las dos formaciones nacionalistas, señala que "el reconocimiento moral, político y social de las víctimas sigue siendo aún hoy una asignatura pendiente en el seno de la sociedad vasca" y destaca "la deuda histórica" que el pueblo vasco tiene con ese "déficit de reconocimiento acumulado por las víctimas del terrorismo durante todos estos años".

Ruiz de Azua sostuvo ayer que no esperaba una reacción "tan airada y parcial contra la moción", que calificó de iniciativa dirigida a "pedir perdón" a las víctimas por el "olvido histórico" en que han estado. Igualmente se mostró sorprendido porque el delegado del Gobierno, Paulino Luesma, haya anunciado que se plantea ejercitar acciones legales contra la decisión del Ayuntamiento.

El primer edil dijo no tener constancia de que el histórico dirigente etarra "haya sido condenado en ningún proceso penal como autor de ningún delito relacionado con el terrorismo; ni siquiera de pertenencia a banda armada". "Terrorista o no, lo que es evidente es que murió como una víctima más del terrorismo, asesinado por una bomba que le estalló cuando arrancó su coche el 21 de diciembre de 1978 en Anglet", agregó.

"Sinrazón"

Las dos víctimas de ETA a quienes el consistorio pretende rendir homenaje junto con Argala son el policía Manuel Fuentes Pedreira, asesinado en el frontón de Santa Isabel del municipio vizcaíno el 20 de mayo de 1986, y el taxista Fermín Monasterio Perez, a quien un comando mató en la misma localidad el 9 de abril de 1969.

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Para Ruiz de Azua, el objetivo de su iniciativa es "reconocer entre todos la sinrazón de la violencia terrorista, el dolor y la soledad con la que están viviendo los familiares de las víctimas y pedir perdón humildemente desde las instituciones por este olvido histórico" a "tantas familias que están sufriendo en soledad la desazón del recuerdo de los seres perdidos".

A este perdón se deben sumar, a su juicio, los ayuntamientos de los municipios "que han sufrido la violencia terrorista". "Eso es lo que hemos hecho en nuestro Ayuntamiento, con mucha dignidad y respeto", concluyó.

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