La ronda de partidos perfila un pacto multilateral anti-ETA que rechaza el PP

La segunda ronda de partidos, convocada por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para recabar un acuerdo contra el terrorismo apunta al logro de un pacto multilateral, cuyo referente podría ser el Pacto de Madrid, de noviembre de 1987, según señaló ayer el coordinador de IU, Gaspar Llamazares. El PP insiste en defender el Pacto Antiterrorista, de 2000, pero se muestra incluso "pesimista" sobre la posibilidad de que finalmente se produzca la reunión de su comisión de seguimiento anunciada por el Gobierno. Rubalcaba insiste en que tratará de incorporar al PP al acuerdo y "mantiene la esperanza".

Ayer, el ministro del Interior volvió a mostrar su disponibilidad para un pacto multilateral contra el terrorismo. Una idea, aún muy abierta, a la búsqueda de unos principios comunes en la lucha contra el terrorismo, y que el coordinador de IU, Gaspar Llamazares, apunta hacia el Pacto de Madrid, de noviembre de 1987, suscrito por todos los partidos, según señaló ayer, tras su entrevista con Rubalcaba.

Dicho pacto, similar al Pacto de Ajuria Enea, de 1988, recoge los principios básicos de la lucha contra el terrorismo: apoyo a las Fuerzas de Seguridad del Estado, acción de la Justicia, colaboración internacional, no utilización del terrorismo como arma de confrontación política y la exigencia de que la paz no puede tener un precio político.

Pero Rubalcaba, según aseguró ayer, tratará de compatibilizar un acuerdo multilateral con todos los partidos con la continuidad del Pacto Antiterrorista, que comparte con el PP, y cuyo articulado suscribe. Es más. Ayer se comprometió a reunirse en primer lugar con el PP la próxima semana "para estudiar las medidas a adoptar en este momento e iniciativas para proponer a los demás partidos".

De momento, ni CiU ni PNV se muestran muy interesados en una reunión multilateral y prefieren estas rondas bilaterales que se mantendrán cada 15 días. IU cree que poco a poco se avanza en la relación entre los grupos, salvo el PP, y esto se irá consolidando hasta llegar al acuerdo.

Rubalcaba encontró complicidad en casi todos los grupos, salvo en Coalición Canaria, que criticó a socialistas y populares por no ser capaces de ponerse de acuerdo, y en el PP. El ministro invitó al portavoz del principal grupo de la oposición, Eduardo Zaplana, a organizar la próxima semana una reunión preparatoria de la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiterrorista. Ésta era una petición del PP, que se muestra muy escéptico sobre la reunión del pacto porque quiere que tenga un contenido claro y que en ella se acuerde instar a la ilegalización del PCTV, por ejemplo. Zaplana insinuó incluso que el pacto podría llegar a no reunirse nunca, algo que auguró claramente Gaspar Llamazares. "No soy optimista", admitió Zaplana.

"Queremos que se convoque el pacto, pero con contenidos, no una reunión con una foto en la que digamos que estamos de acuerdo, porque es falso, estamos en desacuerdo en el fondo de la cuestión". "Todo esto [la ronda de contactos] tiene el objetivo de que parezca que el Gobierno dialoga mucho, pero no hay nada", aseguró Zaplana. De hecho, el portavoz, contradiciendo la versión que dieron los representantes de los demás partidos, aseguró que Rubalcaba no le había contado nada relevante que él no conociera antes.

Lo cierto es que la reunión con el PP se sigue retrasando desde hace dos semanas, y no hay ninguna apariencia de acercamiento. Además, el PP no quiere ni oír hablar de una reunión multilateral. De hecho, según fuentes de este partido, el Gobierno ni siquiera se lo ha propuesto. Rubalcaba replicó, a su vez, que "a un acuerdo no se llega imponiendo al 100% la posición de uno".

En cualquier caso, el acuerdo de los partidos contra el terrorismo necesitará tiempo, según se desprende de las conversaciones. Un tiempo necesario para lograr el acuerdo político, recordó ayer Rubalcaba, refiriéndose a pactos anteriores. Pero también para despejar incógnitas, como la actitud de ETA. Aún no existe un diagnóstico definitivo en el Gobierno sobre si ETA va a pasar a una ofensiva terrorista con todas las consecuencias, como apuntó con el atentado del 30 de diciembre en Barajas, o va a mantener la actitud previa a los meses anteriores al alto el fuego, de un terrorismo con límites.

Tampoco es baladí la actitud de Batasuna, aunque la opinión más extendida en las conversaciones de ayer, incluida la del Gobierno, es que sus líderes han mostrado reparos sobre el atentado de Barajas pero no parecen dispuestos a dar el paso de condenar con nitidez el terrorismo.

Pero la clave, en el terreno político, está en la posición del PP ante un pacto antiterrorista que el Gobierno quiere abrir a todos los partidos, dado que la situación de la lucha antiterrorista no es la misma hoy, en 2007, que en 2000. En diciembre de 2000, el PSOE y PP acordaron un acuerdo exclusivo, a dos, porque el nacionalismo vasco, en su totalidad, estaba en el Pacto de Lizarra, que excluyó a las fuerzas no nacionalistas, según el Gobierno.