Muy nuestro

No sé nada de Derecho por lo que no puedo dar la más mínima lección. Por supuesto que no queda otro remedio que respetar la decisión de la Junta Electoral Central con respecto a la campaña institucional del referéndum, cosa bien distinta es que comparta sus puntos de vista. Estoy seguro que serán muy sesudos y fundamentados, pero algo se me escapa. ¿Por qué siempre se ha podido promover la participación y ahora no? Dicen los jurisperitos que el derecho es el ropaje que se pone el sentido común. Pues a mí me parece que la decisión no es muy sensata, por muy bien fundamentada que esté, que debe estarlo cuando la Junta de Andalucía ha rehusado recurrirla y la va a aplicar de inmediato. Me es indiferente si el eslogan es bueno o malo, aunque tengo para mí que era útil y debía ser eficaz cuando el Partido Andalucista lo recurrió. Creo que da igual si lo ha hecho una empresa catalana o de Albacete. Era efectivo y ya está. Los anuncios para televisión eran buenos, bien elaborados, con un mensaje claro y directo. Por supuesto que se puede opinar que los artistas elegidos podrían haber sido otros. No sé si yo hubiera elegido esos, pero cualquiera que se hubiera elegido, alguien les hubiera puesto un pero. Estos son andaluces, son famosos, triunfadores en su profesión y han aceptado participar. Es suficiente. Eso ya les honra sin pensar en más, en si su fama es justificada o en si tienen el suficiente compromiso con nuestra tierra. Ya digo, es seguro que en una sociedad con tanta controversia a quien sea que se seleccione le pondrán problemas. Si es Antonio Banderas, porque es un rico que vive en Hollywood y es prosocialista. Si es Caballero Bonald porque no es famoso y es muy serio. Y así sucesivamente.

El fondo de la cuestión es si las instituciones pueden pedir la participación o no. Para la Junta Electoral y para el PA, no se puede. Con lo que se deduce que para los andalucistas cuanta menos gente vaya a votar mejor, a pesar de que no es lo que ellos defienden. No me parece un dechado de finura política, la verdad. Y está bien lo que le han dicho estos días: Julián Álvarez es un émulo del difunto Lauren Postigo, aquel de "andaluz este no es tu referéndum". Falta que traigan unos cuantas interventores de León, como hizo Martín Villa, ya que su papel, al final, es como el de la UCD el 28-F. Y como siga así, se va a cubrir de gloria igual que el partido centrista. Luego vendrá el llanto y el crujir de dientes. Encima al PP lo que le parece mal es la actitud de la Junta de Andalucía, a la que han calificado de "prepotente", no se sabe muy bien por qué. Es posible que el Gobierno andaluz no haya medido bien el alcance del eslogan y la reacción de la Junta Electoral. O puede que sí lo haya medido y estaba en el programa el recurso con el aumento del impacto que tiene la campaña desde el momento que es rechazada y se pone en marcha una nueva. Todo puede ser. Al fin y al cabo se cita eso que llaman "fuentes del PSOE" o "fuentes autorizadas de la Casa Rosa" a alguien que ha dicho que el efecto multiplicador de la sentencia sobre la campaña hace que esté amortizada, por mucho que ahora alguien reclame el millón y medio de euros que, al parecer, ha costado.

Creo también que vivimos demasiado pendientes de las campañas institucionales y de las de los partidos políticos, como si el Estatuto fuera una cosa ajena. No veo que los andaluces, eso que llaman la sociedad civil, haya reaccionado a la hora de implicarse en el referéndum. No nos puede resultar ajeno cuando se habla de nuestro futuro, de nuestra tierra, de cómo se articulará Andalucía. Tan sólo las centrales sindicales han realizado alguna acción. No veo a peñas, entidades, colegios profesionales, organizaciones patronales, asociaciones y grupos organizados que se vuelquen en este asunto. Parece como si no fuera con ellos, como si fuera algo de los políticos. Craso error. Es tan nuestro como de un consejero o un diputado. Es tanto nuestro futuro como el de ellos. No podemos permanecer pasivos.

FERNANDO SANTIAGO