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SOS Racismo acusa de coacciones racistas al alcalde de Torroella de Fluvià en un desalojo de subsaharianos

El desahucio de un grupo de inmigrantes sin papeles que ocupaban una barraca abandonada sin luz ni agua de Torroella de Fluvià (Alt Empordà) ha derivado en una denuncia por coacciones contra el alcalde socialista de la localidad. SOS Racismo ha asumido como propia la denuncia que dos subsaharianos han presentado contra el alcalde, Pere Moradell (PSC), a quien acusan de acompañar a los propietarios del inmueble mientras éstos echaban de la casa a sus ocupantes y quemaban sus pertenencias. El edil niega rotundamente cualquier participación en los hechos y afirma que se trata de una manipulación urdida por la oposición de ERC. El dueño de la finca dice que los inmigrantes estaban de acuerdo en salir de la barraca y quemar algunas cosas para facilitar la limpieza del entorno.

La versión de los inmigrantes, que SOS Racismo considera creíble, mantiene que el 17 de enero el dueño del inmueble abandonado, X. B., su hijo y el alcalde del municipio se presentaron en la vivienda a las ocho de la mañana para obligar a siete subsaharianos que la ocupaban sin permiso a sacar al exterior sus pertenencias. Después los enseres fueron rociados con gasolina y quemados mientras dos albañiles tapiaban las puertas para evitar que los inmigrantes volvieran a entrar.

Según SOS Racismo, cuando los Mossos d'Esquadra acudieron al lugar, alertados por el humo, el alcalde ya se había marchado y los agentes no pudieron entenderse con los inmigrantes porque éstos no hablaban catalán ni castellano.

El alcalde, que el miércoles aceptó reunirse con un representante de SOS Racismo que ha investigado el caso, amenazó ayer con tomar acciones legales contra los ediles de ERC, la única oposición al Gobierno socialista de la localidad. "Fueron los dos ediles republicanos los que acompañaron a los inmigrantes a presentar la denuncia. Todo ha sido una manipulación. Ni yo ni ningún otro miembro del equipo de gobierno estuvimos presentes ni supimos lo que sucedía en la barraca", precisó ayer Moradell, quien añadió que demostrará sin ninguna duda su inocencia. El propietario de la vivienda asegura que las personas que ocupaban la barraca habían sido avisadas y que se fueron por su propia voluntad. Según el dueño del inmueble, la quema de objetos fue de común acuerdo para facilitar la limpieza del local.

El martes, dos de los afectados, B. T. y S. D., presentaron denuncia por delitos de coacciones, daños y realización arbitraria del propio derecho. SOS Racismo ha asumido la acusación en el proceso judicial y reclama a los cuerpos policiales y a la justicia un rápido esclarecimiento de los hechos.

SOS Racismo mantiene que el episodio demuestra el desamparo y la exclusión que provoca la Ley de Extranjería en los subsaharianos llegados desde las Canarias, puesto que se les niegan derechos fundamentales.

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