Limpieza ideológica en León

El Ayuntamiento de León, en pleno, realizó el pasado año un asalto a las libertades públicas, aprobando por unanimidad de los grupos políticos una ordenanza reguladora de la limpieza que prevé sancionar con multas de hasta 3.000 euros el reparto de octavillas o la colocación de pancartas. Estas actividades podrían llegar a castigarse con 30.000 euros en caso de reincidencia...

El Ayuntamiento se dota de una herramienta disuasoria de primer orden con la que barrer la crítica, silenciar a los colectivos discrepantes y obstaculizar campañas en defensa de intereses colectivos legítimos. El régimen sancionador de este reglamento coarta, bajo fuertes sanciones económicas, el derecho fundamental a la libertad de expresión y por lo tanto no es exagerado calificarlo de improcedente, retrógrado e inconstitucional.

La ordenanza también contraviene la legislación básica de residuos, pues se olvida de la prevención-reducción y propone depositar la materia orgánica mezclada con el "resto", impidiendo la recogida selectiva de la fracción orgánica limpia y la obtención de compost aprovechable con el que devolver a los suelos erosionados la fertilidad que les arrebatamos. Siendo el compostaje de los residuos urbanos biodegradables (más del 40% del total) un objetivo ambiental de urgente necesidad -para ahorrar recursos naturales y energía, prevenir la contaminación y luchar contra el cambio climático-; es incomprensible que el Ayuntamiento instaure su despilfarro con carácter normativo.

Ecologistas en Acción solicitará a todos los partidos, de cara a los próximos comicios, la redacción de un nuevo texto acorde con la CE y la legislación de residuos. De no hacerlo, cabría el engaño a unos electores que podrían dar su confianza a opciones políticas que -al menos en la ciudad de León- han favorecido la restricción injustificada de las libertades democráticas.