Un rebaño de 1.000 ovejas se come las encinas de la Casa de Campo
Ecologistas en Acción culpó ayer Ayuntamiento de Madrid de ser el responsable de la pérdida de miles de árboles recién plantados en la Casa de Campo, dentro de la campaña de compensación de las obras de la M-30. El problema, según los ecologistas, estriba en que un rebaño de mil ovejas merinas que están pastando en esta zona verde se están comiendo estos pequeños árboles.
El Ayuntamiento realizó una plantación de 80.000 encinas y robles de pequeño porte, pero no las protegió debidamente. "Tendrían que haberse acotado amplias zonas vedadas al paso de ganado mediante sencillas divisorias", denunció la organización ecologista.
Federico Sepúlveda, director general de Patrimonio Verde del Ayuntamiento de Madrid, admitió tras la denuncia de la organización ecologista que algunos árboles recién plantados en la Casa de Campo han sido dañados por el rebaño de ovejas merinas que allí se halla.
"Las zonas afectadas por el paso de las ovejas ya están localizadas. Ahora es necesario acotar algunos espacios puntuales de la Casa de Campo que se están repoblando para que no entre el ganado y para proteger los pies de ciertos ejemplares".
Sepúlveda cree que la presencia de ganado en la Casa de Campo es beneficiosa para el ecosistema. El plan de repoblación de esta zona verde afectada por las obras de remodelación de la M-30 está en plena ejecución. "La fecha idónea para llevarla a cabo es entre mediados del mes de noviembre y mediados de marzo", señala el director de Patrimonio Verde. El objetivo de esta campaña es lograr una clara mejora de la Casa de Campo. Para ello se están plantando, entre otras cosas, encinas bajo los pinos.
La repoblación del pulmón verde de la capital, una de las zonas afectadas por la compensación de árboles debido a las talas de la M-30, "supondrá el enriquecimiento global de la masa forestal de la Casa de Campo, ya que vendrá a reforzar sitios que no estaban arbolados y a mejorar espacios forestales existentes", aseguró Sepúlveda.
Los ecologistas señalan que las obras de la M-30 siguen "dañando el parque, invadido en su superficie y su subsuelo por la autovía",
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