_
_
_
_

Los partidos moderados de Serbia negocian un nuevo Gobierno

Los contactos se prevén largos y complejos, sin un candidato claro a primer ministro

Guillermo Altares

Bajo una creciente presión por parte de Occidente, los partidos democráticos serbios comenzaron ayer los contactos preliminares de unas negociaciones para llegar a un acuerdo de Gobierno, que se prevén largas y complejas y que arrancan sin un candidato claro a primer ministro. Mientras los nacionalistas moderados de Vojislav Kostunica parecen tomárselo con cierta calma, los europeístas del Partido Democrático (DS) quieren acelerar el proceso.

"Nada ha cambiado en Serbia desde las elecciones de 2003", dice un analista
Más información
El hombre de honor y la mentira popular
La UE considera un éxito la mayoría lograda por las fuerzas proeuropeas

"Los ciudadanos esperan un Gobierno lo antes posible", declaró a EL PAÍS el candidato del DS, Bozidar Djelic. La victoria relativa en las legislativas del domingo de los ultraderechistas del Partido Radical (27,06% de los votos, según los resultados todavía parciales; los definitivos no se conocerán hasta el jueves), sin posibilidad de formar Gobierno, y la división en numerosos partidos de las fuerzas democráticas es un escenario que se repite una y otra vez en Serbia.

Como afirmaba ayer un observador occidental de la política serbia, "es como El día de la marmota", en referencia a la película Atrapado por su pasado, en la que Bill Murray vuelve a vivir una y otra vez el mismo día. "Los números nos dicen que nada ha cambiado en Serbia desde las últimas elecciones de 2003", explicó Zoran Lucic, director del instituto de sondeos CESID.

El conjunto de las fuerzas no democráticas, que se nutren no sólo de problemas nacionales como la futura independencia de Kosovo, sino cada vez más de los efectos de la larga crisis económica (de la que son en gran parte responsables), han logrado 1,4 millones de votos. "No se puede esperar que el cuerpo de votantes ni el sistema de valores de Serbia cambie de un día para otro", señaló el analista político Zoran Vucelic.

El tiempo para llegar a un acuerdo no es eterno, ya que la Constitución da un plazo de 90 días para formar Gobierno. "Tiene que haber un Ejecutivo lo antes posible, que se enfrente a cuestiones tan importantes como la reanudación de las negociaciones con la UE, Kosovo y la colaboración con el Tribunal de La Haya. Es muy importante que Occidente comprenda que dos tercios de los ciudadanos serbios apoyan las reformas y el ingreso en Europa", afirmó Djelic, un economista de 42 años.

El ambiente en la sede del DS, que experimentó una importante subida, hasta el 22,5%, aunque mucho menor de la esperada, era el de una fiesta pasada por agua. La aritmética electoral hace que tengan que pactar con el Partido Democrático de Serbia (DSS), del primer ministro Vojislav Kostunica (16,5%) y, como mínimo, también con los liberales del G-17 (7,12%). La ley electoral serbia deja fuera del Parlamento a aquellos partidos que no logran el 5%, con lo que estas tres formaciones tendrían la mayoría absoluta en una Cámara con 250 escaños.

"Todavía no hemos empezado a negociar", señala Andreja Mladenovic, portavoz del DSS. "Nuestro partido tiene que elaborar una plataforma y definir sus posiciones de cara a las futuras negociaciones", agrega. Esta parsimonia se explica por la necesidad de reforzar la posición negociadora. En teoría, el primer ministro debería ser Djelic, candidato del partido demócrata más votado, pero no parece que Kostunica vaya a ceder su asiento con facilidad. El diario Necernje Novosti, el más vendido de Serbia, resumió el desconcierto en su titular de primera página: "Todos han ganado. ¿Ahora quién entrará en el Gobierno?".

Simpatizantes del Partido Radical celebran los resultados ante la sede del partido el domingo en Belgrado.
Simpatizantes del Partido Radical celebran los resultados ante la sede del partido el domingo en Belgrado.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_