Bolivia y Mercosur
El forcejeo entre las llamadas dos izquierdas latinoamericanas ha dado un paso más con la celebración en Río de la reunión semestral de Mercosur. El ingreso de la Bolivia del presidente Morales, que ha presentado la petición de adhesión al grupo, es el catalizador de una pelea anunciada, que no se hará esperar. Mercosur fue fundado en 1991 por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, y responde del 75% del PIB de América Latina, con la inclusión de Venezuela que ya es formalmente miembro. En calidad de asociados están Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Y en el seno de esta compleja urdimbre comienza a debatirse una doble vocación: la integración económica de sus miembros, su conversión en una zona de libre comercio con un arancel exterior común, que es lo que defienden Brasil y Argentina, aunque no descarten una integración política a largo plazo; o la formación de un bloque político, llamado antiimperialista, de un agresivo nacionalismo económico, que defiende el venezolano Chávez, y que recibe el apoyo de Morales y del ecuatoriano Correa.
Morales ha elegido meterse en una nueva pelea, cuando la tiene ya bien crecida en su país. Su tentativa de gobernar, a veces sin la requerida mayoría de dos tercios en la asamblea, se ve punteada por la rebelión en ciernes de seis de las nueve prefecturas, que han firmado un documento "en defensa del Estado de derecho", y de las que notablemente, Santa Cruz y Cochabamba quieren un alto grado de autonomía, vinculado a su riqueza gasística. Morales acusa a sus críticos de separatismo, y algo tiene que ver, aunque lo niegue, con la formación de un Gobierno Revolucionario, que desconoce a la autoridad legal, en Cochabamba.
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