Qué 'chupi' es opinar sobre 'rock català'...
Hasta hace poco, ser periodista musical era una plasta. Tenías que hacer como estos abueletes que se pasan el día yendo a conciertos y escuchando discos nuevos. Por suerte, ahora, los que tienen esta vocación pero se aburren con el rollo de documentarse, cuentan con una nueva salida laboral: escribir sobre música en catalán. Prueba de ello es el irrepetible artículo de Laura Crespo publicado en La Vanguardia. Se llama La mala salud del 'rock català' y es a propósito del último disco de Sopa de Cabra. La autora -que en la foto de la web de su diario aparece abrazada poéticamente a su guitarra- nos regala un dato revelador sobre sí misma. Que estudia este instrumento "como afición y vía de escape de las tensiones diarias". Cómo la comprendo...
Pero entre tensión y tensión, Crespo escribe esto: que el último disco de Sopa de Cabra "es un claro síntoma de la mala salud de la música en catalán", porque "es triste volver a sacar otro trabajo en memoria del amigo muerto (éste es el segundo), con el añadido de que sea un refrito de canciones que tienen más de quince años a sus espaldas". También nos hace saber que el tema L'Empordà es "capaz de lograr lo que muy pocos han conseguido dentro del universo en catalán: que nos sepamos la letra, o al menos, el estribillo". Añade que la aburre escuchar música en catalán: "Me parece toda igual y me resulta decepcionante que nadie logre componer algo que no suene a lo de siempre", y añade: "Nadie arriesga, y en la radio siempre se escucha a los mismos grupos tocando el mismo estilo".
Como ven, hablar de lo catalán es un chollo. Si Laura dijese, es un suponer, que el nuevo disco remasterizado con la discografía completa de Héroes del Silencio que acaba de salir es el claro síntoma de la mala salud de la música en español, la mandaríamos a repetir tercero de ESO. Le diríamos que ese cedé no es símbolo de nada porque cada día salen discos, algunos horrendos y algunos muy buenos (como Desaparezca aquí, de Nacho Vegas). Pero con la música en catalán no hay que poner ejemplos y cuanto más te pases más te aplaudirán. Queda claro, pues, que Laura tiene razón al denunciar que Sopa de Cabra saca otro disco sobre el amigo muerto. ¡Hay que variar un poco los temitas, hombre...! Es lo que yo digo. Si Edgar Allan Poe hubiese escrito en catalán y no en inglés, la última reedición de sus poemas sería un síntoma de la mala salud de la literatura anglosajona. Nos parecería que es triste volver a sacar otro libro sobre la difunta Anabelle Lee.
La aplaudo cuando dice que la aburre escuchar música en catalán, que le parece toda igual. En catalán, rindámonos a la evidencia, pasa lo que no pasa en ningún otro idioma. En otros idiomas, por raro que parezca, hay canciones repugnantes y canciones sublimes, canciones cursis a matar y canciones tan preciosas que te ponen la piel de gallina. En catalán, en cambio, todo suena igual y todo tiene el mismo estilo. Laura escucha las canciones de Adrià Puntí, Roger Mas, Quimi Portet, Pascal Comelade, Abús, Mishima, Sanjosex, Xavier Baró o Kitsch ¡y le suenan igual! Y eso me lleva a pensar en su profesor de guitarra (el que le alivia las tensiones diarias). Desde aquí le invito a un coñac doble cuando quiera por el esfuerzo, sin duda encomiable, que está haciendo con su peculiar alumna. En fin, que Laura se aburre escuchando música en catalán en la radio porque nadie arriesga. (Sobre todo los que la programan). Yo, sin ir más lejos, oigo Radio Club 25 en el bar. Esta emisora cumple la penosa y cagarruta cuota catalana poniendo la canción Muriel de Adrià Puntí (ese músico que según Laura no arriesga y que a mí, pobre indocumentada, me parece increíble). Pero, por suerte, los de la radio tienen el criterio de Laura y no el mío, y Muriel siempre suena cuando falta medio minuto para la hora en punto, así no hay que escucharla entera. Uf.
En fin. No se puede negar que mete el dedo en la llaga al decir que poca gente se sabe los estribillos de la música en catalán. Ella habrá hecho sus comprobaciones, así, por encima, y habrá visto que lo de "Qualsevol nit pot sortir el sol" se lo saben cuatro carrozas, que lo de Bon dia se lo saben cuatro separatistas y lo de Boig per tu, cuatro nenas aficionadas al karaoke. Lo que está claro es que Laura y mi vecina del tercero no se saben los estribillos de Abús o Roger Mas. En cambio, sí sé que se saben los de Mecano o David Bisbal, ese prodigio de riesgo. Y seguro que hasta se saben La dolce vita, de Ryan Paris. ¡Si hombre...! La del anuncio del Pryca.
moliner.empar@gmail.com
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