Madeleine Z., una decisión muy meditada
La mujer que se quitó la vida en Alicante se preparó a fondo y con serenidad para conseguir llevar a cabo su deseo
El deseo de Madeleine Z. de quitarse la vida cumpliría los requisitos que señala el texto presentado hace poco más de dos meses por el Comité Consultivo de Bioética de Barcelona para despenalizar la eutanasia o el suicidio asistido: "Petición seria, inequívoca y persistente del enfermo". A lo largo de las conversaciones con este periódico, nunca expresó dudas. Respondía con serenidad:
-Acaba de aprobarse la Ley de Dependencia. Eso significa que podría tener acceso a cuidadores.
-No, no me gusta que me toquen, ni que me limpien. No soportaría que me cambiasen el pañal, ni por mí, ni por los demás. Sólo me gusta que me toque gente a la que quiero mucho.
-¿Y si viviera en una casa con ascensor, por ejemplo, y con alguien que le acompañase siempre?
-Hombre, nunca sabes cómo sería tu vida si tuviese mucho dinero, pero he vivido en esta casa 40 años y me gusta.
-¿Y si viviera con su hijo?
-No, insisto, he vivido sola durante 20 años. Además, sería una carga para ellos.
-Dice que hay mucha gente que le hace la vida agradable. ¿No estaría bien discutir su decisión con ellos?
-No, eso no se hace, lo pasarían mal hasta que ocurriera. De esta manera llorarán un par de días y ya está. Pero además no se lo digo porque son capaces de hacerme fallar.
-¿Y no le compensan otras cosas, como leer?
-Pero no puedo sujetar los libros y además tengo dificultad para concentrarme, cualquier frase me desconcentra, me lleva a pensar, no lo que voy a hacer, sino lo que podría hacer si tuviese buena salud y eso no te lleva a ningún sitio.
-¿Es consciente de la capacidad de decisión que tiene?
-Sí, no hay marcha atrás, la marcha atrás está rota.
-Pero siempre puede dar marcha atrás.
-Primeramente, yo estoy mentalizada. Yo quería esta solución. A partir de que decides, tal día, tienes que mentalizarte, y lo he organizado todo.
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