Capturado en México uno de los cabecillas 'narcos' más buscados

Pedro Díaz Parada, de 56 años, presunto cabecilla del Cartel del Istmo y conocido como El Cacique Oaxaqueño, a quien la policía considera uno de los narcotraficantes más veteranos de México, fue detenido el martes cerca de la ciudad de Oaxaca, según trascendió ayer. Las autoridades le acusan de ser el mayor productor y traficante de marihuana en la zona del istmo de Oaxaca y distribuidor de cocaína en siete Estados.

La captura ha sido presentada como la más importante desde la toma de posesión, el pasado 1 de diciembre, del presidente Felipe Calderón, que ha movilizado a miles de militares y policías para combatir al crimen organizado.

"Yo me voy a ir y tú te vas a morir", advirtió Díaz Parada al juez que le condenó. Y cumplió

"Yo me voy a ir y tú te vas a morir". Pedro Díaz Parada desafió al juez de distrito Pedro Villafuerte después de escuchar la sentencia que le condenaba a 33 años de prisión. Meses después escapó disfrazado de mujer del penal de Santa María Ixcotel, en Oaxaca, e inició la persecución de su juzgador para cumplir la amenaza. Tardó dos años. De poco sirvió que el funcionario pidiera el traslado a Cuernavaca (Morelos). Los sicarios del capo dieron con él, y el 20 de septiembre de 1987 Pedro Villafuerte fue acribillado con 33 disparos. "Una bala por año", decía la nota que los asesinos dejaron junto al cadáver.

Díaz Parada fue detenido nuevamente en 1991, y un año después volvió a fugarse, esta vez del Reclusorio Oriente de la ciudad de México. Llevaba 14 años prófugo de la justicia. El miércoles viajaba solo en una camioneta cuando fue capturado por efectivos del Ejército y de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), en cumplimiento de una orden del Ministerio Público federal por delitos contra la salud y delincuencia organizada. La fiscalía nacional explicó que el detenido llevaba un revólver Magnum y un fusil de asalto AR-15, 80 cartuchos y 20 bolsas de plástico con marihuana. Díaz Parada no opuso resistencia y fue trasladado a las dependencias judiciales en el Distrito Federal.

El escenario de la captura está fuera del radio de acción de los operativos policiales que el Gobierno de Calderón lleva a cabo en Michoacán, Tijuana y Guerrero. El detenido, que aparenta más edad de la que tiene, declaró dedicarse al cultivo de aguacate, maíz y frijol. Dijo estar casado y ser padre de siete hijos. En un vídeo difundido por la fiscalía, el acusado proclama su inocencia y dice vivir con su esposa. Las autoridades ordenaron el registro de dos propiedades de Díaz Parada en Oaxaca, donde se incautaron de seis armas largas y cerca de 386.000 euros.

La fiscalía sitúa a El Cacique Oaxaqueño a la altura de grandes narcotraficantes como Joaquín, El Chapo, Guzmán (el jefe más buscado en México desde su fuga en 2001, pocos días después de la toma de posesión del presidente Vicente Fox), Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos (muerto en 1997), y Juan García Abrego (encarcelado en Estados Unidos). Las zonas de influencia de Díaz Parada se extienden por Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Distrito Federal, Durango, Chihuahua y Tamaulipas.

Su leyenda como jefe del tráfico de droga se remonta a principios de los setenta, cuando comenzó a cultivar marihuana en una modesta parcela de Santa María Zoquitlán, en su Oaxaca natal. En su carrera delictiva contó con la protección de los poderes políticos locales, hasta que hace tres años su nombre apareció en documentos del Departamento Estadounidense Antidroga (DEA), que le acusó de proteger desembarcos de cocaína desde lanchas rápidas en las costas del sureste de México. Según informaciones de EE UU, el grupo de Díaz Parada tiene compradores en Brownsville y Houston, en el Estado de Tejas. En Oaxaca, Díaz Parada es conocido como El Zar de la Sierra Sur, donde los pobladores aseguran que lanzaba cargamentos de droga desde su avioneta.

La Fiscalía Antidroga le acusa de lavar sus ingresos delictivos con préstamos e inversiones en los sectores de transporte y restauración. Según la acusación, varios de sus hermanos y familiares participan en el Cartel del Istmo, que utiliza sus rutas para movilizar cargamentos de cocaína. En los últimos años se sometió a varias intervenciones de cirugía plástica.