El trazado del túnel del AVE en Barcelona obligará a inspeccionar 1.200 edificios
Más de 30 vecinos de El Prat presentan denuncias por las grietas detectadas en sus casas
Unos 1.200 edificios de viviendas y oficinas del centro de Barcelona serán inspeccionados antes de la construcción del túnel del AVE -con una longitud prevista de 5,8 kilómetros- para comprobar que no se resentirán de las obras. Se trata del perímetro ampliado de los inmuebles alineados con las calles por las que discurrirá el tren de alta velocidad desde la estación de Sants hasta la Sagrera. Ayer, la junta constructora de la Sagrada Familia reiteró el rechazo a que el AVE pase junto a sus cimientos por el supuesto peligro que representa.
Más de 30 vecinos de El Prat han presentado ya denuncias por las grietas en sus casas, que atribuyen a las obras del AVE en el casco antiguo de esa ciudad. Esos daños han reavivado la polémica entre los responsables de las obras y la oposición por el trazado del AVE en Barcelona. Las grietas detectadas en El Prat han reforzado la preocupación por garantizar que el túnel previsto en Barcelona no cause daños similares o peores.
Mientras las administraciones -desde Fomento, responsable de la obra, pasando por el Gobierno catalán y el Ayuntamiento de Barcelona- defienden la corrección del trazado y aseguran que se tomarán todas las medidas de seguridad y control necesarias para tranquilizar los ánimos de la población, tanto la oposición en el Parlamento catalán como la del consistorio; es decir, Convergència i Unió y el Partido Popular, plantean que se paren las obras o, directamente, que se modifique el trazado del AVE por la ciudad de manera que pase por el frente litoral.
Nada de eso, vinieron a decir ayer con contundencia tanto el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, como el primer teniente de alcalde de Barcelona, Xavier Casas. Las administraciones, además, no quieren plantearse un nuevo retraso de la llegada del AVE a la capital catalana, que inicialmente se había fijado para el 2004. Unas obras que tendrán que correr para que se cumpla la palabra de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, de que el tren de alta velocidad llegará a Barcelona a finales de 2007.
En una ciudad en la que hace dos años se desalojaron más de un millar de vecinos del Carmel por el hundimiento de un túnel en las obras del metro de la línea 5, las sensibilidades por las perforaciones en el subsuelo está a flor de piel. Las grietas de El Prat en casas situadas al lado del túnel por el que discurrirá el AVE han disparado las alarmas.
En El Prat, el día 11 de enero Joan Ribas presentó la primera denuncia ante el Ayuntamiento tras detectar grietas en las paredes de su vivienda, ubicada al lado de las obras del tren rápido. Desde entonces y hasta ayer, el consistorio ya acumulaba 30 denuncias, informa Jaume Bauzà. La mayoría de ellas se han presentado en los últimos diez días al percibir que las grietas entre casas, en tabiques e incluso en la calzada iban creciendo. Pero la primera, aseguran vecinos de la zona, apareció el pasado mes de julio. En octubre se tuvo conocimiento de una segunda fisura. Fue a partir de estas Navidades cuando se disparó la alarma en las calles Major, Enric Borràs, Joan Maragall y Manuel Bertrand, las que registran más daños.
Los afectados no dudaron en atribuir los desperfectos a las obras del tren de alta velocidad, algo que inicialmente fue negado rotundamente por el Adif -el gestor público de Fomento que se encarga de las obras del AVE y la gestión de las vías-. El Ayuntamiento de la localidad respaldó a los vecinos por el hecho de que antes de que se iniciaran las obras las grietas no existían. Tras reuniones de afectados con el Ayuntamiento de El Prat y Adif, este último se ha comprometido a realizar inspecciones en todos y cada uno de los edificios. La cuestión fue ampliamente discutida ayer en el pleno del consistorio de El Prat.
Paralelamente en Barcelona se están preparando dos amplios dispositivos de inspección previa a las obras de dos túneles: el del AVE y el del metro del Carmel, obras que se pararon hace dos años tras el hundimiento de un túnel.
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