El Instituto IDK de Basilea investiga la aplicación al diseño de la realidad virtual
Según el centro suizo, el éxito en la innovación se basa en una combinación de tecnología, diseño y marca - Diez investigadores disponen de dos millones de euros anuales para sus proyectos computacionales
La ciudad de Basilea, donde confluyen las fronteras de Francia, Alemania y Suiza, es también una encrucijada del arte contemporáneo. Aparte de la cita anual de Art Basel, la creatividad helvéltica continúa activa el resto del año en el Instituto de Investigaciones en Arte y Diseño, el IDK. Ahí se piensa el arte del mañana.
"Ésta fue una de las primeras escuelas de Europa de dibujo, arquitectura y diseño industrial, y fuimos la primera en trabajar el vídeo arte como forma creativa", explica el director de la Universidad de Ciencias Aplicadas (UAS), Alois M. Müller. La escuela cuenta hoy con más de 600 alumnos, de los que el 10 % son extranjeros. La institución tiene más de dos siglos de existencia y entre sus ex alumnos se cuenta la hoy mundialmente famosa artista Pipilotti Rist, enfant terrible del vídeo arte europeo.
"Nuestro instituto de investigaciones se transforma permanentemente, ya que el Gobierno suizo nos exige investigación y que nos mantengamos a la vanguardia de nuestras disciplinas", explica Martin Wiedmer, director del IDK. "La forma de trabajo es muy pragmática; evolucionamos con las industrias creativas, respondiendo a sus necesidades". Estas industrias son el diseño industrial, la arquitectura, la comunicación y la publicidad, e incluso la música y galerías de arte.
El campo de acción del IDK abarca la imagen, la noción de espacio y la tecnología de materiales. En particular, la combinación de realidad y 3D, que aquí conocen como "realidad aumentada". Según el director del IDK, tres son las armas que hacen posible el éxito en la innovación: la tecnología, el diseño y el branding, o identificación con una marca. "Cuando un país quiere triunfar, debe combinar estos tres elementos de manera inteligente", destaca Widmer.
Aplicar la teoría
Estos artistas se enorgullecen de algo fundamental: la posibilidad de poner en práctica sus teorías. "Aquí podemos aplicar inmediatamente lo que creemos posible y el fruto de nuestras investigaciones", enfatiza Jan Torpus. Este profesor de New Media e investigador, formado en la Escuela Massana de Barcelona, es hoy una de las estrellas de la escuela, con proyectos de investigación millonarios.
"Tomamos una nueva tecnología y exploramos sus infinitas posibilidades desde la perspectiva del artista y el diseñador", explica Torpus. La colaboración con los departamentos de programadores e informáticos de la Universidad de Basilea es moneda corriente y un proceso que alimenta por igual a ambas partes. "Los programadores lo saben todo de sus máquinas, pero a menudo no ven las posibles aplicaciones de sus creaciones", explica el artista.
"Estamos desarrollando un vocabulario nuevo para un arte nuevo", se entusiasma Torpus, "pero aún no sabemos para qué servirá. De hecho, esperamos lo inesperado".
Convolución, picturability o new reality son parte del discurso del IDK, ¿pero qué es realidad aumentada? "Es potenciar el espacio real con algo más", explica Wiedmer. "En vez de reemplazar la realidad por la virtualidad, nuestro trabajo consiste en integrar elementos virtuales a la realidad", comenta Jan Torpus.
El dinero no es tema menor, dado que sin poderosos recursos económicos no hay investigación posible. El instituto tiene un presupuesto cercano a los dos millones de euros anuales para poco más de 10 personas. Este dinero es financiado por la Comission for Technology and Innovation (CTI) y el Swiss National Science Foundation.
La interacción entre diferentes disciplinas es el mantra sagrado de estos artistas e investigadores. Expertos en ciencias de la computación, teóricos de la comunicación y diseñadores trabajan mano a mano con psicólogos, lingüistas, investigadores en inteligencia artificial, iluminadores, cineastas, biólogos, ingenieros e incluso filósofos.
"El camino al futuro", concluye el director de IDK, "pasa por integrar la gran tradición suiza del diseño con el conocimiento analítico".
IDK: www.idk.ch
SKIN: www.intelligent-skin.ch
TORPUS: www.torpus.com
La borrosa línea de la realidad
'Intelligent Skin'. Emplea la integralidad de la fachada de un edificio como una compleja instalación interactiva, que puede ser usada como seña de identidad corporativa. El edificio puede interactuar con otros edificios, en lo que denominan fachadas que se autoeditan. "Nos interesa crear contenidos que se modifiquen y creen de manera autónoma, dado que la fachada es capaz de aprender a generar imágenes siempre nuevas", explica Andreas Wenger. El software está diseñado para "recoger estímulos desde el interior del edificio y desde la calle", comenta Vera Bühlmann, una de las responsables del proyecto. "Incluso para interactuar con los elementos, la luz o la hora del día y la gente. El edificio aprende como un niño".
'Life Clipper 2'. Jan Torpus utiliza el término edutainment (educación + entretenimiento) para explicar su trabajo. En una primera fase, Life Clipper implicaba a un visitante provisto de un complejo visor acoplado a un ordenador y un GPS que le permitía "una percepción novedosa de su ciudad sumando elementos virtuales a la realidad". La nueva fase entra en el área del turismo y la gestión del patrimonio.
'Compositing Spaces'. Explora entre "elementos propios del lenguaje cinematográfico aplicado a las animaciones informáticas en arquitectura". Según Martin Wiedmer, "el medio de la animación en 3D aplicada a lo arquitectónico aún no ha asimilado las infinitas posibilidades del diseño y el cine". Es así como las habituales presentaciones serían poco dinámicas y, sobre todo, muy lineales.
'Living Room'. Una realidad generada por ordenador se superpone al espacio físico y perceptible. Gracias a un complejo sistema de visores, el observador se sumerge en una habitación híbrida, en la que realidad y virtualidad se mezclan. Esta tecnología es aplicable en arquitectura y diseño de interiores. El prototipo será presentado próximamente en el Museo de la Comunicación de Basilea.
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