El Molino reabrirá en 2008 con espectáculos de cabaret y flamenco
La terraza-coctelería con vistas al Paralelo será la sorpresa del nuevo edificio
Volverá el giro de las aspas en el Paralelo en 2008. Así lo ha decidido el Ayuntamiento de Barcelona, que ayer aprobó la reforma de El Molino, antiguo teatro musical cerrado hace ya 10 años. La fachada, así como sus tan características aspas colgadas de ella, será rehabilitada. También se mantendrá la distribución clásica, con el escenario en planta baja y los asientos allí donde estaban. Sólo un pequeño cambio: en su interior, principalmente, los protagonistas serán los espectáculos de cabaret y flamenco.
El edificio, cuyos interiores están devastados por el paso del tiempo, será derruido ante el riesgo de derrumbe, como denuncia la asociación Fem Girar El Molino. En su lugar se levantará un nuevo inmueble y, como la reforma es total, El Molino contará con dos alturas más que hasta ahora. Pasará a tener siete, máximo permitido por el Ayuntamiento para que la nueva construcción no rebase el skyline de sus edificios vecinos en la calle de Vilà i Vilà, cuyos tejados alcanzan 27 metros de altura.
El proyecto, dirigido por la empresa privada Ocio Puro, pretende dotar al local de usos culturales, con especial atención a los espectáculos de cabaret y la música flamenca. Fuentes municipales aseguraron ayer que las obras pueden durar más de un año y medio, por lo que la inauguración del local no llegará antes de 2008.
El escenario, así como la situación de los accesos y las butacas, mantendrá su imagen actual. El aforo de público, sin embargo, crecerá hasta las 230 plazas. Sobre la planta baja se proyecta, además, situar la gran sorpresa del proyecto: una terraza-coctelería con la vista del Paralelo como fondo. En los pisos superiores, en cambio, se encontrará una nueva sala de ensayo, el almacén de material técnico, así como una planta que ocupe oficinas.
También está prevista la reapertura del teatro Arnau, si bien bajo la gestión del Ayuntamiento, que ha iniciado la redacción del Plan Especial de Usos que permita su expropiación. Mantendrá, como ya lo hizo el Scenic (ex Studio 54), su carácter cultural. Por otra parte, el consistorio declaró a la sala Danzatoria ambientalmente lesiva para la zona en la que se encuentra, el Paralelo, en lo que podría ser el primer paso hacia su cierre.
De La Pajarera a El Molino
Fue el más famoso de los teatros del Paralelo cuando a la otrora célebre avenida barcelonesa del mundo de la farándula la llamaba "la calle del teatro". El Molino ha sido el más popular de los teatros de music hall que ha tenido Barcelona. El edificio donde se ubicaba fue construido en 1905 sobre un terreno en el que desde 1899 se alzaba en un barracón el café concierto La Pajarera Catalana. En el nuevo edificio se abrió una sala de cine que se llamó Gran Salón del Siglo XX.
En 1913 el arquitecto Manuel Raspall la reformó y reabrió sus puertas con nueva decoración y nuevo tipo de espectáculo: el music hall. Bautizaron la sala como Petit Moulin Rouge, nombre que en 1939 cambió por el de El Molino por la ley que obligó a castellanizar los nombres tras la victoria de Franco en la Guerra Civil. Se suprimió, además, lo de 'rouge' (rojo), color que el franquismo identificó con todo aquello que en política equivalía a izquierdas. No cambió, sin embargo, el tipo de espectáculo que desde su apertura ofreció el local y que alcanzó gran esplendor en el periodo europeo de entreguerras. El Molino no perdió mordiente con el franquismo.
La democracia fue, sin embargo, el principio de su fin. Los espectáculos dejaron de atraer al público y la sala cerró por primera vez en 1993 ante la falta de espectadores. 1997 fue el año definitivo de su cierre ante la quiebra de la empresa que lo gestionaba.
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