"La facultad debe prestigiarse, mejorar su imagen y acercarse a la sociedad"
Alfonso Unceta (San Sebastián, 1957) es desde el pasado mes de diciembre el nuevo decano de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad del País Vasco (UPV). Este sociólogo ha sido viceconsejero de Educación, director de Universidades, asesor del Gobierno vasco para la implantación de la LOGSE y vicedecano de la misma facultad. Su actividad como investigador se centra en la educación y la innovación, dos términos ligados, ya que Unceta considera que las claves para un sistema educativo de calidad son "la innovación, la inversión y la flexibilidad en la gestión".
Pregunta. ¿Qué va a aportar a la facultad?
Respuesta. Más que lo que pienso aportar yo hay que pensar en lo que tiene que aportar la facultad en el actual contexto social. La aportación de una institución universitaria a la sociedad tiene que plantearse estratégicamente a partir de las tres características principales de este contexto: la sociedad del conocimiento, el ámbito tecnológico -la sociedad que crece y avanza- y el valor del capital humano en las organizaciones.
"Que no haya habido decanos periodistas no obedece a ningún planteamiento excluyente, sino al desarrollo de los acontecimientos"
"No se pueden medir las carreras sólo con criterios economicistas. Hay disciplinas que están menos requeridas, pero no deben desaparecer"
P. ¿Qué le distinguirá de los anteriores decanos?
R. En el Decanato hay muchísimos aspectos que hay que trabajar en continuidad: los procesos administrativos y gestionar bien son en sí mismo un objetivo. Pero, considerando las características del contexto social señaladas, intentaremos ser más visibles: conocernos mejor para que la sociedad nos pueda conocer mejor.
P. ¿Qué destaca de su equipo?
R. Es un equipo bastante compensado en el que hay más mujeres que hombres, algo que casi nadie cumple y que me parece un valor en sí mismo. Además, es gente joven, con experiencia, interés, ilusión y ganas de trabajar. Casi el 40% son euskaldunes.
P. En su equipo no hay ningún miembro de Periodismo, la titulación con más alumnos. Y sorprende que no haya habido decanos periodistas.
R. He pensado en personas al configurar el equipo y el resultado no ha sido un equilibrio de departamentos, sino de quienes puedan aportar, tener capacidad de trabajar en red y construir. Periodismo son dos departamentos más. Que no haya habido decanos periodistas no obedece a ningún planteamiento excluyente, sino al desarrollo de los acontecimientos.
P. ¿Cuáles serán las principales bases de su gestión?
R. Uno es transmitir a la sociedad que en la facultad se publica, se investiga y se hace extensión universitaria. La transferencia de conocimiento va más mucho más allá de la actividad estrictamente académica. Por otro lado, están las cuestiones de agenda, como la reforma de los planes de estudio y la incorporación del crédito europeo. Queremos también mejorar la plantilla de Personal de Administración y Servicios y nos corresponderá ejecutar la mejora del edificio, pero insisto en que la normalización de servicios de calidad es en sí mismo un objetivo.
P. ¿Cómo marcha la implantación del proceso de Bolonia?
R. No hemos emprendido la reforma de los planes de estudio. El proceso se ha ralentizado. Desconocemos las razones, pero llevamos un año de impasse y es posible que pueda retardarse respecto al planteamiento inicial.
P. Su antecesor consideraba una asignatura pendiente mejorar el prestigio de la facultad.
R. No creo que tengamos un prestigio especialmente dañado, pero la imagen y el prestigio son elementos muy determinantes para que las personas acepten y compartan los objetivos de las organizaciones. Prestigiarnos es trabajar en nuestra imagen, mejorarla y acercarla a la sociedad. Esto es algo que la universidad en general, no sólo esta facultad, ha descuidado. Ha sido una institución cerrada, menos cercana, que se miraba a sí misma.
P. ¿Cómo se puede abrir la universidad a la sociedad?
R. Innovando, que no significa necesariamente inventar, sino generar conocimiento en red, colaborar con otras instituciones, tener una capacidad mayor de comunicación y saber lo que la sociedad demanda que aportemos.
P. El Ministerio de Cultura alerta de que tres de cada cuatro carreras no alcanzan los 125 estudiantes que garantizan su viabilidad. Es el caso de Ciencias Políticas y Sociología en la UPV.
R. No se pueden medir las carreras sólo con criterios economicistas. Hay disciplinas que están menos requeridas, pero no por ello deben desaparecer. En el ámbito anglosajón y europeo se atienden igual. No hay más que hablar con el empresariado para ver que piden un capital humano que tenga destrezas de carácter humanístico y analítico. Hay que tener en cuenta los valores humanísticos en que se asientan estas carreras y cuidarlas, mejorarlas y aumentar su vínculo con la sociedad.
P. Las ciencias sociales reciben sólo el 7% del presupuesto de investigación de la UPV.
R. Tradicionalmente, la investigación ha estado más volcada en la tecnología y las ciencias duras. Eso ha creado la impresión, y en ocasiones los datos lo avalan, de que la investigación en ciencias sociales ha estado poco apoyada, pero tenemos que hacer un esfuerzo para aumentar nuestra capacidad de investigación, acceder a fondos europeos, presentarnos a más convocatorias,... Hay un trabajo por los dos lados: la oferta puede ser insuficiente, pero se modificará a medida que la demanda crezca.
P. ¿Llegan los alumnos de Secundaria bien preparados a la universidad?
R. Es posible que el nivel medio de conocimiento haya descendido algo pero ahora hay más educación, para más personas, durante más tiempo y en mejores condiciones. Se demanda calidad y estamos mejor de lo que mucha gente piensa, pero tenemos un gran margen de mejora.
P. ¿Cómo ve la inversión del Gobierno vasco en educación?
R. En una sociedad llamada del conocimiento, los poderes políticos están muy lejos de entender el valor de las instituciones educativas. Estamos mejorando y es evidente que ha habido un esfuerzo del Ejecutivo por entender y apoyar económicamente a la universidad, pero los porcentajes de inversión respecto al PIB tienen que aumentar mucho.
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