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La lucha contra ETA | El debate parlamentario

Rajoy rechaza la oferta de Zapatero para establecer una gran alianza contra ETA

Luis R. Aizpeolea

La democracia celebró ayer su primer pleno de la historia tras un atentado mortal de ETA. El histórico debate certificó con palabras cargadas de crispación la ruptura de la unidad política en materia antiterrorista. La sesión dejó en el ambiente una sensación descorazonadora de que la grave fractura entre el PSOE y el PP, los dos partidos que han gobernado España en los últimos 24 años, es de momento incurable. Algunos portavoces de los grupos minoritarios en el Congreso proclamaron su desazón ante un debate "que nunca debía de haberse producido porque sólo beneficia a ETA".

El presidente del Gobierno reconoce el "claro error" que cometió "ante todos los ciudadanos" con su exceso de optimismo
El nuevo pacto antiterrorista estaría abierto a todos los partidos y a las asociaciones cívicas y sociales
Rajoy a Zapatero: "Si usted no cumple, le pondrán bombas, y si no hay bombas, es porque ha cedido"
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La exigencia de explicaciones al presidente por parte del PP tras el brutal atentado del aeropuerto de Barajas llevó a José Luis Rodríguez Zapatero a comparecer ayer en el Congreso para explicar su gestión durante los nueve meses de alto el fuego permanente y detallar el nuevo rumbo que pretende aplicar a la política antiterrorista.

Zapatero situó en el discurso con el que abrió el debate una nota de autocrítica por el mensaje optimista que lanzó 24 horas antes del ataque criminal de ETA: "Quiero reconocer el claro error que cometí ante todos los ciudadanos españoles".

Después, defendió su intento por lograr el fin de la violencia terrorista a través del diálogo, como habían hecho otros Gobiernos democráticos, y anunció su plan para lograr un "gran consenso de formaciones políticas, asociaciones cívicas y sociales" para afrontar la nueva etapa abierta tras la ruptura de la tregua.

La peor decisión

"ETA ha elegido la peor decisión, una decisión criminal, equivocada e inútil. Los partidos políticos han de reafirmarse para hoy y el futuro en la unidad frente al reto del terror. El proceso iniciado en el 22 de marzo no ha fructificado. ETA ha puesto con este atentado su punto y final. Nunca habrá diálogo con violencia ni con intentos de perpetuar la violencia".

Zapatero expresó su "máxima firmeza en combatir y perseguir la violencia y el terror" y detalló su estrategia: unidad de acción, utilización de los medios del Estado de derecho, colaboración internacional y exigencia a ETA del cese definitivo de las armas. El presidente concedió en sus intervenciones una importancia estratégica a la unidad política como base para una eficaz lucha antiterrorista.

Para lograr ese objetivo, el Gobierno convocará al PP a una reunión del Pacto Antiterrorista para "evaluar la situación y debatir los objetivos de ese gran consenso". Rajoy aceptó acudir a esa cita. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reunirá después con el resto de formaciones para ampliar el consenso e intentará dar participación a las organizaciones sociales, incluidas las de inmigrantes, para apuntalar ese reto.

El jefe del Ejecutivo aclaró que el Pacto Antiterrorista, que suscribió hace seis años con el PP, ha dado "muchos frutos" y que ahora es preciso actualizarlo dado que hay más partidos, como el PNV, que pueden sumarse al consenso y que suponen un apoyo fundamental para lograr el fin de ETA.

Zapatero intentó con palabras despejar algunas de las incertidumbres que el PP ha arrojado sobre el Gobierno en los últimos días. El presidente confirmó la vigencia de la Ley de Partidos, que impide a Batasuna concurrir a las elecciones. Y aseguró que la lucha contra el terrorismo no se había detenido durante los nueve meses que duró el alto el fuego de ETA. Zapatero remató su primera intervención reafirmando su compromiso de "seguir trabajando para lograr el fin de la violencia, que esta generación tiene el derecho de ver".

Sus argumentos y sus proyectos fueron descalificados por Mariano Rajoy en una intervención plagada de reproches a la política antiterrorista del Gobierno y cargada de descalificaciones a la gestión de Zapatero, al que llegó a culpar de manera indirecta del atentado moral: "Usted ha cometido la ligereza de no prever que su aventura podía salir mal y costar vidas. Mientras dure este tiempo muerto no debe escandalizarnos que el señor Zapatero contacte con Josu Ternera o que los socialistas vascos se reúnan con el entorno de ETA, porque es indispensable...".

El líder del PP acusó al presidente de haberse dejado "tomar el pelo" por los terroristas, de "vender humo a los españoles" y de romper el Pacto Antiterrorista. "Apoyarle a usted en el error supone el fin inmediato de toda esperanza y no estoy dispuesto".

Rajoy despreció la invitación de Zapatero para ampliar el consenso en materia antiterrorista: "Quiere un acuerdo que no pretenda derrotar a ETA, que no se pacte entre los dos principales componentes del consenso español, que se apalabre sin conocer su contenido, y en el que figuren todos los defensores de Batasuna, de sus razones y de sus conflictos. ¿Qué pintamos ahí nosotros? Yo nada, usted tampoco", Como alternativa, el líder del PP sólo ofreció apoyo a Zapatero si cumple con una lista de condiciones, "gestos", que leyó: "Proclame sin tergiversar las palabras que se ha roto definitivamente su relación con los terroristas, que asegure que ni ETA ni los que la representan recibirán nunca concesiones políticas, que solicite que el Congreso revoque su resolución de 2005 que permitía el diálogo con los terroristas, que vuelva a colocar a Batasuna en la ilegalidad real y que dé instrucciones al fiscal general para que abra juicio oral contra Egunkaria".

"Usted no tiene ni idea"

Zapatero replicó elevando el tono de su intervención, con gestos de evidente enfado ante la catarata de censuras que Rajoy le había dirigido. "Usted no tiene ni idea de política antiterrorista. Quizás no deje ningún recuerdo de su paso por los distintos ministerios, pero todos los recordarán por el discurso de hoy". El presidente recurrió entonces al pasado, al diálogo del Gobierno de José María Aznar con ETA y al consenso en política antiterrorista cuando los socialistas hacían la oposición al PP. Zapatero recordó que sólo seis días después de ser elegido secretario general del PSOE, ofreció su apoyo al Gobierno tras el atentado terrorista que costó la vida al socialista Juan María Jauregui, ex gobernador civil de Guipúzcoa. "Fui yo quién propuso el Pacto Antiterrorista y fue usted quien lo denominó un conejo sacado de la chistera", remató.

La intervención de Zapatero desató la protesta de la bancada popular, que pidió a gritos la dimisión del presidente, le acusó de mentir y de apoyar a ETA.

El presidente replicó a las invectivas de Rajoy y sus partidarios con duras críticas al PP, pero guardó para el último minuto de su réplica una nueva invitación al consenso: "Doy por zanjadas todas las diatribas y discusiones, todos los insultos, si eso sirve para lograr lo que desean los españoles, que estemos juntos contra el terrorismo",

Pero la división y el enfrentamiento ganaron en la partida del debate cuando Rajoy tomó de nuevo la palabra para proclamar que apoyar la política antiterrorista de Zapatero "sería un suicidio" e improvisar una frase que alborotó los escaños socialistas: "Si usted no cumple sus compromisos, le pondrán bombas, y si no se las ponen es que ha cedido".

Zapatero se apuntó la frase y cuando regresó a la tribuna, se la repitió a Rajoy y le exigió una rectificación pública. El líder del PP se negó desde su escaño.

Fue un diálogo de sordos que consumó la división de los dos grandes partidos ante el problema más grave y delicado que sufre España. Zapatero no avanzó ni un paso en su intento de recomponer cierto consenso con el PP. El resto de la Cámara le brindó el apoyo que Rajoy le negó durante toda la sesión

El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, sostuvo que ninguno de los pactos antiterroristas pasados es útil para afrontar el presente, reclamó la unidad de todas las fuerzas políticas y resaltó la necesidad de "poner el contador a cero".

Agustí Cerdá (ERC) defendió la unidad y se esforzó en argumentar a favor de una salida dialogada al problema del terrorismo. "No sobramos nadie, en todo caso algunos faltan ya en arrimar el hombro para que sea definitiva la solución de este problema. Hemos dejado claro en todo momento que con bombas no puede haber nada, pero incluso con bombas tendría que haber alguna cosa. Lo dijo hace algún tiempo el señor Aznar. Es justamente lo que le dijo al señor Tony Blair tras aquellos 29 muertos en Omagh: "Persiste".

Apoyo de Llamazares

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, depositó su confianza en Zapatero para que ejerza el liderazgo democrático revitalizando y reorientando la estrategia frente al terrorismo, con un nuevo Pacto por la paz sin exclusiones, ni atajos". "No es la hora de torquemadas o reproches, sino de la responsabilidad política con mayúsculas, el momento del pacto de todos frente al terrorismo y en favor de la paz. El atentado de Barajas es responsabilidad única y exclusiva de ETA, y no de la resolución del Parlamento, ni de quien ha tenido la responsabilidad de aplicarla, ni de la mayoría que la respalda", concluyó Llamazares. Otros portavoces insistieron en la idea de que la ruptura de la tregua y el fracaso de la iniciativa para el fin del terrorismo es exclusivamente de ETA.

El PNV consideró aún vigente la resolución del Congreso en la que se autoriza al Gobierno a impulsar un proceso para el fin dialogado del terrorismo si ETA deja de matar. Josu Erkoreka, portavoz del PNV, sacó algunas conclusiones de lo ocurrido: "El proceso irlandés no hubiese resistido una sola tertulia radiofónica española. En este proceso ha faltado responsabilidad y discreción. La transparencia total perjudica más que beneficia a este tipo de empresas, que sólo puede prosperar en condiciones de confidencialidad, prudencia y reserva. Mi grupo considera que la ausencia de discreción es un vicio esencial que ha lastrado la iniciativa del Gobierno desde el mismo momento en que comenzó", sentenció.

El portavoz de Coalición Canaria, Paulino Rivero, planteó un deseo: "Esperamos que éste sea el pleno del desahogo en una materia tan sensible y que a partir de ahora llegue la unidad".

Rajoy sujeta un papel con anotaciones manuscritas. "Ha incumplido todo", se lee en una de ellas.
Rajoy sujeta un papel con anotaciones manuscritas. "Ha incumplido todo", se lee en una de ellas.GORKA LEJARCEGI

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